Argentina se prepara para las elecciones generales del domingo. Se trata de un momento crucial, ya que no se trata solo de elegir a un nuevo presidente y vicepresidente, sino que también se determinará la composición del Congreso Nacional y los gobernadores de la mayoría de las provincias. Estas decisiones políticas se desarrollarán en un contexto de desafíos económicos que han golpeado duramente a la nación en los últimos meses. Hablamos del peso, que está en caída libre en el mercado paralelo de divisas, una inflación general que se ha disparado por encima del 100 % y una sequía histórica que en el 2023 agravó los desequilibrios macroeconómicos preexistentes, muchos de los cuales se remontan a las nefastas políticas económicas del Gobierno en funciones, y que provocó que el crecimiento del PIB se desplomase un 5 % interanual en el segundo trimestre del 2023. Esta profunda crisis económica ha debilitado significativamente a la coalición peronista gobernante (Unión por la Patria), y, tanto el actual presidente, Alberto Fernández, como la expresidenta, Cristina Fernández de Kirchner, han optado por no presentarse a la reelección. En su lugar, los peronistas han designado como candidato a Sergio Massa, actual ministro de Economía, con el fin de reforzar las posibilidades de éxito del partido en las elecciones.
En estas elecciones hay tres candidatos viables a la presidencia, cada uno de los cuales representa ideologías y propuestas diferentes. Sin embargo, es Javier Milei quien acapara la atención. El economista libertario, líder del partido derechista La Libertad Avanza, sorprendió a la clase política con su victoria en las primarias del 13 de agosto, a las que se presentó sin oposición dentro de su partido y en las que obtuvo el 29,9 % de los votos. Este resultado inesperado subraya la creciente desilusión con la clase política tradicional y el deseo de soluciones más radicales para abordar problemas acuciantes como el aumento de la delincuencia, los problemas de seguridad y la economía.
El triunfo de Milei en las primarias le sitúa como favorito para la carrera presidencial. Aunque parece improbable que consiga una victoria absoluta y evite una segunda vuelta, lo que mantiene la carrera muy abierta. Según la encuestadora local Opinaia, Milei obtendría el 35 % de los votos, lo que le dejaría a cinco puntos porcentuales del umbral necesario para pasar a la segunda vuelta, en la que se enfrentaría al candidato peronista, Massa, y que se celebraría el 19 de noviembre.
La plataforma de Milei representa la desviación más radical del actual estado de cosas, caracterizado por su llamado «Plan Motosierra». Contempla la plena dolarización de la economía, lo que implica la abolición de los controles de divisas y el cierre del banco central. Pretende reducir el gasto público en 15 puntos porcentuales del PIB mediante la privatización de las empresas públicas y del sistema sanitario público, la reducción del número de ministerios, la eliminación de los subsidios a las provincias y el recorte del gasto en pensiones.
Estas elecciones de Argentina podrían trazar un nuevo rumbo para la economía del país y provocar cambios significativos.