La necesidad de una solución en Alcoa
OPINIÓN
Esta es una de esas pocas ocasiones en las que todos los agentes implicados en una cuestión de trascendencia socioeconómica para Galicia están de acuerdo. Todos, menos uno. Lo cual hace pensar que sea la dirección de Alcoa la equivocada. Asistimos en los últimos días, con gran satisfacción y algo de sorpresa por la falta de costumbre, a un consenso generalizado por parte del comité de empresa, los sindicatos, el Gobierno autonómico, el Gobierno central y, por supuesto, la sociedad de A Mariña y de toda Galicia respecto a que la planta de San Cibrao debe seguir produciendo aluminio y que Alcoa debe cumplir íntegramente lo acordado. Pero, cada vez parece más claro que no estaba ni está en los planes de Alcoa cumplir el plan de viabilidad y que, para lograr burlar lo acordado, está actuando de mala fe. También parecen tener claro todos los implicados que esto no se le va a consentir. La cuestión es si Alcoa lo tiene claro. Cerrar la planta y perder más de mil puestos de trabajo directos, y de forma indirecta casi la totalidad de los de la comarca, no es una opción. Seguir desmantelando la industria gallega no es aceptable. No es el tema en este artículo, pero no podemos olvidar que el desarrollo económico sin industria está muy comprometido. Claro que no es malo tener un potente sector servicios, todos las economías desarrolladas tienen un peso alto del sector servicios en su estructura productiva, pero el continuo descenso del empleo industrial en Galicia no es aceptable.
Volvamos a lo de Alcoa. Si los gestores de Alcoa no quieren que entren competidores en el sector, tienen la oportunidad de seguir produciendo ellos; se supone que para eso han venido, ¿o no era para eso? Pues que se pongan a producir, pero sin más aplazamientos y cumpliendo todo lo acordado, empezando por llevar a cabo las inversiones prometidas; el horno, lo primero. Si no quieren seguir, deben cumplir igualmente lo acordado y permitir que otros inversores más solventes y fiables se hagan cargo de la planta. Alcoa debe saber que esta posición, compartida por todos, va a ser defendida hasta las últimas consecuencias. Claro que es comprensible que las diferentes Administraciones no quieran resolverlo en los tribunales, no es lo deseable y debe evitarse; pero Alcoa debe saber que si fuese necesario se haría. La amenaza debe ser creíble.
Llegados a esta situación, sería conveniente ir avanzando en algunas direcciones. Se debería estar buscando a esos inversores alternativos con interés en producir aluminio en Galicia. Poner nombre a ese inversor contribuye a que la amenaza de que, pase lo que pase, se va a exigir el cumplimiento de lo acordado sea creíble para Alcoa. Se debería, al mismo tiempo, dar los pasos necesarios para hacer más atractivo el destino de esas potenciales inversiones. Son muchos los factores que llevan a un inversor a decidirse por una localización, pero, en este caso, dar a conocer la planificación para la transición industrial que debe abordar Galicia en los próximos años, y definir con claridad cuál va a ser el modelo energético gallego que va a permitir esa transición industrial, contribuiría de forma decidida. Decía que sorprende, para bien, la unanimidad que hay sobre que Alcoa necesita una solución.
No es solo un eslogan en una pancarta de trabajadores afectados. Y vemos hasta qué punto hay acuerdo en que Alcoa debe cumplir el plan de viabilidad y la planta no puede cerrarse en ningún caso en que, estando en las fechas que estamos, no se está haciendo campaña con este asunto.
¡Que siga así!