Igual que Truman Capote se bebió la realidad a grandes sorbos para arrojarla en las páginas de sus mejores novelas, Ryan Murphy se ha convertido en el productor que moldea historias auténticas para transformarlas en series suntuosas y fáciles de devorar. La última de ellas es Feud: Capote vs The Swans, de HBO Max. Recrea el modo en que el autor se despeñó de los altares de la alta sociedad neoyorquina para convertirse en un desarraigado. Y todo por una novela, Plegarias atendidas, en la cual vertió sin disimulo todos los chismes e intimidades que había conocido de primera mano de un grupo de señoras bien que lo había acogido bajo sus alas de cisne a cambio de lealtad y confidencias. «Tú eres el único que puede hacerme daño», le confiesa la sublime Naomi Watts a Tom Hollander, que, con su mirada torva, anuncia la traición que masculla. Hollander ya fue una de las amistades peligrosas de Tanya McQuoid en la segunda temporada de The White Lotus y aquí retoma la herencia que Philip Seymour Hoffman dejó impresa en el papel del autor de Nueva Orleans. El arranque de la serie perfila a un escritor en sequía creativa que intenta con poco éxito estar a la altura de sus éxitos anteriores. La vida coloca ante él una veta de oro al abrirle las puertas a una élite selecta con muchas dobleces y mucha tela que cortar. ¿Debería haberse inventado una ficción propia teniendo algo así ante sus ojos?