Los retos del Gobierno gallego

Santiago Calvo
Santiago Calvo DOCTOR EN ECONOMÍA

OPINIÓN

Mariscal | EFE

27 feb 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Alfonso Rueda continuará cuatro años más al frente de la Xunta de Galicia. Una vez digeridos los resultados electorales, el Gobierno debe ponerse manos a la obra. Son muchos los retos a los que debe enfrentarse, tantos que es misión imposible condensarlos en una columna de un periódico. Así que me centraré en los tres que considero de vital importancia: financiación, actividad económica y despoblación.

Empecemos por la financiación. Que sea el primer tema que trato no es casual. La cantidad de recursos con los que cuente el Ejecutivo marcará la capacidad de que las políticas públicas sean más que un simple eslogan y pasen a convertirse en los ejes que muevan la rueda de la economía. Esta legislatura vendrá marcada por la entrada en vigor de las nuevas reglas fiscales y, aun siendo pesimista, de un nuevo sistema de financiación autonómica. Galicia parte en una situación de ventaja. Con un endeudamiento del 16,2 % del PIB (tercer trimestre de 2023) y con un previsible superávit presupuestario en 2024, las cuentas públicas gallegas están saneadas.

Sin nubarrones a la vista, toca ser prudentes y con una visión de medio-largo plazo en las inversiones que se realicen. Pero Rueda también debe ser tajante a la hora de que se respete la cohesión territorial. Con una mayoría absoluta en su bolsillo, debe ser capaz de mostrar su liderazgo para defender acuerdos sin privilegios a ninguna comunidad autónoma.

El segundo reto es el de promover la actividad económica en todos los sectores, sin excepciones. No estamos en situación de renunciar a ninguna actividad que genere empleo y riqueza. Hablo del turismo. Pero el turismo debe ser de calidad y coordinado, dejando a un lado los localismos. La Xunta debe jugar el papel de promotor y coordinador. Toca pensar en fórmulas para ofrecer paquetes turísticos integrales lo suficientemente atractivos como para que el gasto por turista aumente. Galicia debe ser una región abierta, y abandonar ideas de cuestionable eficacia que solo sirven para aumentar la recaudación de la Administración pública.

También toca pensar en la industria y el campo. Con el creciente envejecimiento, la única manera que tenemos de aumentar nuestro nivel de riqueza es lograr una mayor productividad por trabajador. Hay que poner una alfombra roja a la inversión y a la generación de actividad económica. La apuesta por las nuevas tecnologías, incluyendo la inteligencia artificial, debe ser decidida. Las universidades juegan un papel fundamental. Holanda y la Universidad de Wageningen pueden ser un referente.

Y, finalmente, la despoblación. Con las políticas públicas basadas en la evidencia que favorezcan un clima emprendedor, es más probable que podamos retener al talento joven. No solo se trata de aplicar medidas que incentiven la natalidad, ya que, si no existen oportunidades, los jóvenes abandonarán igualmente el territorio. Los pilares de este punto deben ser los de identificar las necesidades y oportunidades de cada municipio y retener y atraer al talento mediante incentivos fiscales y facilidad para hacer negocios en torno a las oportunidades identificadas.

Como ven, son muchos los deberes del nuevo Gobierno. Solo queda desearle muchos aciertos.