Siempre he oído que el agua de Madrid es de muy buena calidad y desde luego tiene que serlo porque es el sitio donde aparecen más «ranas». No soy un experto en anfibios, como Esperanza Aguirre, pero estos animalillos se caracterizan por su gran capacidad de salto y tienen un alto valor indicador de la calidad ambiental.
Vayamos con las especies. El nombre de este curioso grupo de anfibios madrileños fue acuñado por doña Esperanza, quien afirmó que de las decenas de altos cargos que había nombrado solo dos habían salido «ranas». Sus conocimientos en herpetología son limitados por lo que se le pasaron algunas especies de la comunidad.
Como saben los lectores, las especies vegetales y animales se nombran en latín, pero en este caso haré una excepción con los publicados: López Viejo, Figar, Victoria, Beltrán Gutiérrez, Jesús Sepúlveda, Ortega, González Panero, Boza, Juárez, Utrilla, Moreno Torres. Además, claro, de los endemismos provinciales Ignacio González y Francisco Granados.
Lo de Cristina Cifuentes es más complicado. Parece que chapoteó en un charco en la zona la zona sur, de la Universidad Rey Juan Carlos, donde un grupo de ranas locales pretendió «ayudarle», y se relacionó con un empresario rana en varias tramas de adjudicación. Como es sabido, la luz ultravioleta ataca a los anfibios y, al tratar de protegerse con una crema, se retiró.
Finalmente, y tras años de estudio se descubrió una nueva especie: Díaz Ayuso «la rana de Chamberí». Jovial y saltarina va metiéndose de charca en charca sin coste, pero parece que la actual sequía empieza a afectarla. En cualquier caso, será la justicia y el consejo general del poder de las ranas, también afectado por la falta de agua, quienes dirán la última palabra.
Ahora los expertos herpetólogos me dirán en sus comentarios que hay muchas ranas de otras familias, también en la izquierda; pues no hace falta, lo sé perfectamente. Simplemente trato de ilustrarles de que el ecosistema madrileño está cada vez más lleno de aguas y con esta sequía tienen que ser fecales.
Se lo explicaré. Hace unos días La Voz de Galicia y los diarios de Madrid, no controlados por la derecha, publicaban la noticia de que la pareja de Díaz Ayuso está siendo investigada por varios delitos durante la pandemia, ¡vaya mala suerte! Creo que no es la primera vez que su entorno anda en estas cosas, pero ya veremos.
El presidente del PP ha declarado que la señora Ayuso no está inmersa en ningún tipo de investigación y que por lo tanto nada tiene que decir; que hable su pareja si ha hecho algo mal. A continuación, sin ruborizarse, ha señalado que lo importante es saber qué hizo la mujer del presidente Sánchez, que, como saben perfectamente, ni está imputada ni tiene cargo público alguno.
En fin. La única forma de progresar en la identificación de las ranas es que la herpetología no tenga un sesgo a la hora de describir especies y que los jueces sean independientes. Sobre el Consejo General de Ranas: «Croac, croac, croac».