Era bastante improbable que pudiera aparecer una oponente más en las antípodas de lo que es y de lo que defiende Donald Trump. Pero, ahora que ya parece casi asegurada la nominación oficial de Kamala Harris como candidata demócrata a la presidencia de EE.UU., el expresidente republicano tiene argumentos sobrados para denostarla. No solo él, sino también su segundo, J. D. Vance, quien no dudó en calificarla como una mujer sin hijos y con gato, pensando que así la insultaba. Es obvio que una mujer que no resulta una maniquí hierática incapaz de articular un discurso propio más allá de lo que le dictan como es Melania Trump, les produce urticaria. Pero, lamentablemente para ellos, Harris es mucho más que eso.
Al igual que el actual presidente Joe Biden, Kamala Harris es una persona de modales moderados y muy educada. No en vano fue criada por Shyamala Gopalan, una científica de altísimo nivel cuya investigación ha servido para ayudar a frenar algunos tipos de cáncer de mama en el mundo. Antes de ser senadora por California ejerció como fiscala general de ese mismo Estado. Antecedentes que la capacitan de sobra para postularse a presidenta de los Estados Unidos.
Los sondeos iniciales dan una mínima ventaja a Harris con el 44 % de la intención de voto frente al 42 % de Trump; pero, de momento, este último cuenta con más respaldo en los seis estados bisagra, Arizona, Georgia, Míchigan, Nevada, Pensilvania y Wisconsin.
Los primeros ataques republicanos se han enfocado en la inacción de Harris para controlar el grave problema de la inmigración ilegal en los Estados fronterizos con México, su incapacidad para lograr que Biden desistiera hace tiempo de presentarse a las elecciones y la acusación de que es una extremista de izquierdas originaria de la «pervertida» ciudad de San Francisco. Anticipo de una campaña electoral que se presume bronca y muy, muy larga.
Sin embargo, el entusiasmo en el bando demócrata, traducido en grandes donaciones económicas y apoyos significativos, coloca en una difícil tesitura a los republicanos. Atacar a Harris por ser mujer, y así enemistarse con la mitad de la población, o por ser de origen afro-asiático, cuando la mujer de Vance es de origen indio, irritando a todos los no blancos, no parece una buena táctica. Así que veremos con lo que nos sorprenden.