Maquinarias

José Francisco Sánchez Sánchez
Paco Sánchez EN LA CUERDA FLOJA

OPINIÓN

Contacto / Jerome Hic | EUROPAPRESS

27 jul 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El sábado siguiente a la victoria de Joe Biden en el 2020 escribí una columna que titulé: «Ganó Kamala». No lo explicaba mucho. Decía que los Estados Unidos han sido siempre una plutocracia y que los nuevos plutócratas estaban con el Partido Demócrata porque, con un mensaje de izquierda woke, les resultaba más útil que el republicano para empaquetar los intereses globalistas del capital. También por eso, decía, las grandes tecnológicas prefieren a Kamala frente al senador Bernie Sanders, que es el rojo clásico de la lucha obrera, mientras que Kamala pertenece a esa izquierda que está más en las guerras culturales que en los aprietos de los trabajadores. El problema de los superricos progres radicaba en que la ahora vicepresidenta no parecía capaz de ganar unas primarias por mucho dinero que gastaran en ella. Así que, terminaba aquella columna, «quizá se la han colado a un Biden consumido, para que lo sustituya en pleno mandato y se presente saltándose el engorro de las primarias».

Y prácticamente al límite, casi sucedió tal cual: sustituyó al Biden candidato en vez de al presidente. Se ve que ese fue siempre el plan, pero topó con el desempeño pobre de la vicepresidenta. Intentaron realzarla desde el principio y aparecía con Biden con más frecuencia de la que era costumbre, pero dio muestras tempranas de incompetencia, se hundió en los niveles más bajos de aceptación popular y decidieron esconderla hasta ahora.

En pocos días consiguió el apoyo de los líderes demócratas (ayer llegó, por fin, el de un Obama renuente) y cientos de millones para su campaña. La maquinaría demócrata es perfectamente capaz de llevarla a la Casa Blanca como hizo hace cuatro años con un Biden muy menguado.