En avión a Bakú: crecimiento y ecopostureo

Uxio Labarta
Uxío Labarta CODEX FLORIAE

OPINIÓN

IGOR KOVALENKO | EFE

28 nov 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

En medio de la dana, Pedro Sánchez, no sé si frívolo u hombre de Estado, decidió viajar a Bakú para participar en la cumbre anual de la Convención de las Naciones Unidas sobre el Cambio Climático. Al parecer, su viaje generó una emisión de 140 toneladas de CO2 y un consumo de 77.624 litros de queroseno, según estimaciones de alguna prensa.

Esas reuniones dejan improntas desiguales, y así son recordadas por sus acuerdos la de 1997, el Protocolo de Kyoto, y la más reciente del 2015, con el Acuerdo de París que estableció limitar el incremento de temperatura a no más de 2°C en el 2100. Por otras razones, para los gallegos tuvo su importancia la de Glasgow, en el 2021.

Mi vida profesional se inicia en 1972, al tiempo que el Club de Roma publicaba Los límites del crecimiento. El trabajo analizaba las interacciones entre el crecimiento de la población, la producción de alimentos, la industrialización, el agotamiento de los recursos naturales y la contaminación. Las conclusiones del informe eran pesimistas. Y así hemos pasado más de cincuenta años de controversia, por más que la realidad y su conocimiento se hayan ido imponiendo, no solo en las convenciones del cambio climático, sino en trabajos recientes como el de Gaya Herrington en el 2020, responsable de análisis de sistemas en KPMG, una consultora y auditora de amplia influencia. Concluye que la civilización se dirige hacia el declive del crecimiento económico en la próxima década y, en el peor de los casos, podría desencadenar el colapso social alrededor del 2040.

Actualmente, tales predicciones no son discutidas, solo disfrazadas. El cambio climático es ya una evidencia y la limitación de nuestros recursos es una obviedad. Los efectos del cambio climático, las emisiones de CO2 y el calentamiento han penetrado ya en las conciencias colectivas, y en las excusas gobernantes. Y que un responsable sénior de KPMG reevalúe ahora la situación con los datos de estos 50 años y las nuevas herramientas analíticas, y encuentre acogida en una de las big four, sector de la consultoría y auditoría, cuestionadas en El gran engaño de M. Mazzucatto y Rosie Collington con una acerada crítica a su papel en la economía, sorprende. 

El cambio climático y el calentamiento global han sido asumidos por las sociedades desarrolladas como el gran marco de nuestra posibilidad de supervivencia. Empresas, gobiernos y organizaciones del tercer sector, incluidas las ambientalistas y sus lobis, no se han podido resistir al ecopostureo. Recuerden el juicio entre Repsol e Iberdrola de reciente actualidad, los bonos de compra y venta de carbono, o la moda del sufijo/prefijo de la mágica Green, e incluso aquel anuncio en Glasgow, hace cuatro años, de la Xunta comprometida a aprobar una Ley del Clima de Galicia en el 2025. «Para reducir hasta un 57 % las emisiones de efecto invernadero hasta el 2030» y que Galicia sea una comunidad «climáticamente neutra» en el 2050. Que podría. Sin tanto verde literario.