El poder de la palabra en la curación del paciente

Alberto Juffé Stein TRIBUNA

OPINIÓN

María Pedreda

04 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

La irrupción de nuevas tecnologías, las sub-especialidades, la inteligencia artificial y la historia clínica electrónica han dejado de lado lo más importante en la relación médico-paciente, el poder que tiene la palabra en la curación del enfermo.

En los últimos 20 años ha empeorado la relación médico-paciente, nos hemos olvidado que el paciente está en el centro de nuestra atención, que debemos dedicar más tiempo para hablar con ellos y que esto es lo más importante.

En La curación por la palabra en la antigüedad clásica, Pedro Laín Entralgo nos describe el poder y los efectos de aquella. Gorgias (filósofo griego) recoge lo siguiente: «La palabra es un poderoso soberano y del todo invisible. Así como ciertos fármacos eliminan del cuerpo los males, las palabras tienen el poder de quitar el miedo, remover el dolor, infundir la alegría, aumentar la compasión». Para Platón, «la palabra es pharmacon, veneno o medicamento, según como se emplee».

La atención médica, cuando se centra en documentar los numerosos detalles, puede consumir más tiempo que el dedicado a la atención del paciente.

La historia clínica se utiliza en evaluaciones de calidad, control de los profesionales, certificaciones de la práctica médica, justificación de la facturación, defensa en auditorías, seguros de salud, evaluaciones de riesgos, acciones legales e investigación, entre otras. No debemos olvidar que el propósito principal de la atención médica es escuchar al paciente y tomar decisiones médicas conjuntas.

La atención médica es menos satisfactoria cuanto más tiempo dedicamos a la documentación electrónica. La palabra, en ocasiones, vale más que una prescripción médica.

En la curación de un paciente influyen, al menos, tres componentes: la formación técnica de nuestros profesionales, la calidad del Sistema Nacional de Salud y la importancia de la palabra en cada acto médico, «el médico como brujo».

Se ha perdido el relato en las historias clínicas y para los humanos las palabras cobran sentido y esto es salud. Reflexionemos juntos.