Salario Mínimo Interprofesional: ¿poco o mucho, bueno o malo?

Carlos Sánchez-Tembleque Ponte PROFESOR DE LA ESCUELA UNIVERSITARIA DE RELACIONES LABORALES DE LA UNIVERSIDADE DA CORUÑA

OPINIÓN

María Pedreda

31 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

El Salario Mínimo Interprofesional (SMI) establecido en 1.134 euros en 14 pagas, ha experimentado una subida sin precedentes en los últimos cinco años, disparándose el 54,1 % desde el 2018. La escalada se irá en el 2025 hasta el 58,5 %, cuando aumente otro 2,8 %.

¿Es el salario mínimo español y su vertiginosa escalada mucho o poco, bueno o malo, para la economía?

¿Mucho o poco? Comparándolo con el de otros países del entorno, y en términos absolutos, está en la media de los países de Europa y la OCDE. Pero si comparamos el SMI de España con su salario medio advertimos que en el 2024 es el tercero mayor de los países europeos: es el 55 % del salario medio, tras Eslovenia y Polonia (los dos únicos países de Europa que se sitúan en el 60 %, lo que recomienda la Carta Social Europea).

Si el comparativo lo hacemos sobre el PIB per cápita, el SMI español es el cuarto más elevado en relación a su riqueza tras Polonia, Grecia y Francia. Por tanto, España tiene un SMI en el nivel de otros países de Europa o la OCDE, pero elevado (es mucho) en relación a sus salarios medios o su riqueza.

¿Bueno o malo? Los aspectos positivos de este avance del SMI son obvios. En un país de bajos salarios como España, esta medida ha beneficiado a unos 4 millones de trabajadores desde el 2018.

Pero este vertiginoso crecimiento del SMI tiene aspectos negativos para la economía en el avance del empleo. Sin duda, se hubiera creado más empleo con una subida menos agresiva, ayudando así a reducir nuestra altísima tasa de paro, y a través de niveles de paro inferiores, mayores crecimientos salariales.

En estos cinco años España ha creado empleo, unos 400.000 al año. La pregunta del millón sería: ¿cuánto empleo se habría creado con un avance del SMI un poco menor? Dos comentarios:

1.- Una institución competente y seria como el Banco de España publicó en el año 2020 un informe de enorme repercusión sobre la afectación de la subida del SMI del año 2019 (un aumento del 22,3 %) al empleo y demostró que en dicho año se habían dejado de crear entre 90.000 y 200.000 empleos, de manera que, solo en el 2019, en lugar de crearse los 402.000 empleos que en realidad se crearon, se hubieran generado entre 492.000 y 602.000 (en el año 2018, con un crecimiento del PIB prácticamente idéntico, se habían creado 566.000 empleos).

2.- En España existe una gran disparidad en la renta y salarios entre las distintas regiones y sectores. Aunque a nivel global el SMI se encuentra en el 55 % del salario medio, en más de la mitad de las regiones de España (entre ellas Galicia) el actual SMI supera el 60 % del salario medio. En Extremadura, el actual SMI estaría en el 75 % de su salario medio, 70% en Canarias, Murcia, Andalucía o 65 % en Galicia. Estamos hablando de las regiones pobres, o de renta medias, de la España vaciada y también de algunos sectores como el agrario, el servicio doméstico y la hostelería. En todos estos grupos el SMI ha hecho daño al empleo.

Como resumen a las preguntas planteadas, la vertiginosa subida del SMI ha beneficiado a muchos, es una palanca importante en la lucha contra la desigualdad, sin impedir la creación de un volumen razonable de empleo. Pero con una subida un poco menor es seguro que se hubiera generado más empleo, quizá ahora España no fuera el país con la mayor tasa de paro de Europa y la OCDE.

España en la última década tiene un pobre o nulo parangón de convergencia con Europa y la OCDE en salarios, riqueza y empleo. Aunque en los últimos dos años España haya crecido más que la media de Europa, a medio plazo no hemos convergido nada. Y esa convergencia debe llegar menos de la mano de decretos de subidas salariales y más con cambios profundos, con reformas estructurales que mejoren, simplifiquen y liberalicen el poco productivo y flexible modelo económico español.