Los trabajadores mayores y los empleos flexibles («gig economy»)
OPINIÓN

Nuestro entorno laboral en los últimos años ha cambiado también con el crecimiento de empleos por encargo, la economía colaborativa o nuevas formas de generar ingresos alternativos. También conocida como gig economy, define esa situación laboral en la que somos contratados puntualmente para trabajos esporádicos en los que aportaremos todo lo necesario para la actividad. Este modelo representa para muchos trabajadores la posibilidad de lograr una mayor conciliación entre la vida laboral y la personal, siendo la flexibilidad, la comunicación y la gestión online los pilares básicos de su funcionamiento. La deslocalización, es decir, la posibilidad de trabajar para un empleador que se encuentra a miles de kilómetros es otra de las características de la gig economy gracias a los avances tecnológicos, y de ahí que resulte también interesante para los freelances y los nómadas digitales, por ejemplo.
Las empresas que basan su modelo en la gig economy han aumentado de forma exponencial en los últimos años. Apreciado por unos y denostado por otros, lo cierto es que este tipo de trabajo puntual y esporádico está encontrando en las personas séniores grandes aliados.
A medida que los adultos mayores ofrecen cada vez más estos servicios para tener un ingreso adicional, se convierten además en los proveedores con la calificación más alta en estas comunidades digitales. Por ejemplo, una investigación de Airbnb reveló que las mujeres mayores de 60 años reciben el porcentaje más alto de críticas de cinco estrellas por parte los clientes de entre todos los anfitriones (en Estados Unidos).
Según un ejecutivo de Airbnb, un motivo por el que las mujeres y los hombres mayores se inscriben para ser anfitriones es para tener un ingreso adicional, pero se acaban «enganchando» al negocio por el sentido de comunidad.
Como vemos, el trabajo se encamina cada vez más hacia la flexibilidad, nuevos tipos de relación con la empresa (por proyectos) y el poder reorganizar y autogestionar tus propios horarios, tareas y carga de trabajo. Hacen falta mecanismos flexibles que sean ventajosos tanto para las empresas como para los trabajadores, evitando así que el talento silver se pierda. Los países en los que existen políticas específicas para los adultos mayores tienen como denominador común que cuentan con mercados laborales flexibles, dinámicos e inclusivos. Por supuesto, otra medida que están llevando a cabo los países más comprometidos con el edadismo y la empleabilidad de los séniores tiene que ver con fomentar el emprendimiento.
Resumiendo, las jubilaciones ya no son lo que eran ni volverán a serlo. El retiro (y mucho menos aún el retiro temprano) ya no es una opción para muchos mayores porque los ingresos son insuficientes para mantener el nivel de vida (¡haz ya tus cálculos!). Cada vez son más los adultos mayores que reclaman recuperar la visibilidad y el poder aportar a la sociedad sin importar la edad. Y es que los 65 años de hoy tampoco se parecen en nada a los 65 años de antes (recordemos esa década de juventud que hemos ganado al tiempo y nuestras largas vidas de casi 100 años).