La dificultad de cerrar filas

M.ª Carmen González Castro
M.ª Carmen González VUELTA Y VUELTA

OPINIÓN

Eduardo Parra | EUROPAPRESS

27 mar 2025 . Actualizado a las 13:10 h.

Es el momento de cerrar filas. No hay duda de ello, desde Portugal hasta Finlandia. El primo americano ni está ni se le espera, así que toca asumir nuestras responsabilidades. Aunque hay alguna fisura —Orbán siempre caballo de Troya de Putin—, existe un gran consenso sobre la necesidad de que el Viejo Continente se fortalezca para que pueda defenderse o, al menos, para proyectar ante posibles enemigos que si nos atacan tenemos medios para hacer frente. Un ejercicio de disuasión básico.

Mientras Bruselas hace pedagogía con la población —recomendar el kit para sobrevivir tres días es una forma de explicar que la amenaza va en serio—, en España las filas distan mucho de estar prietas.

El presidente está solo. Sigue intentando sus equilibrios imposibles, pero en este asunto del rearme europeo no tiene ni a Yolanda Díaz. Como otros grupos de extrema izquierda, como Podemos o ERC, Sumar disfraza bajo la excusa del pacifismo lo que en realidad es una nostalgia por el viejo sistema comunista, que algunos creen que todavía encarna Putin, cuando en realidad es un autócrata que ha repartido las riquezas de su país entre una veintena de oligarcas a cambio de lealtad. Junts, sí pero no. Lo suyo no es una posición ideológica, sino un cálculo de qué precio pone a su apoyo al aumento del gasto en Defensa.

Y queda el PP, con el que el Gobierno podría sacar adelante lo que quisiera pero con el que mantiene un diálogo de sordos. Ni Sánchez llama, ni está muy claro que Feijoo escuchase. No está tan lejos el referente del 2011, cuando, con el país inmerso en una profundísima crisis, Zapatero y Rajoy fueron capaces de dejar a un lado sus diferencias y pactar rápido y sin escándalo la primera reforma de la Constitución para calmar a los mercados. Hay momentos que exigen altura de miras, pero aquí siguen jugando al escondite.