Durante doce meses, la verinense Laura Romero abandonará su empleo de psicóloga en Madrid para convertirse en la coordinadora de la aldea de Bata, en Guinea Ecuatorial.
-¿Cómo surge esta oportunidad?
-De manera totalmente casual. Es verdad que siempre he estado interesada en viajar a algún país de África, pero no fue hasta hace unos meses cuando unos amigos, que colaboran con Aldeas Infantiles, me dijeron que quedaba vacante una plaza de oordinadora en esta zona y me animaron a presentar mi currículum.
-Tras ser seleccionada, ¿qué sintió?
-Ilusión y miedo a la vez. Aunque siendo sincera, no he tenido mucho tiempo para pensar en ello, porque en pocas semanas no sólo he tenido que reorganizar mi vida, en aspectos como realquilar mi casa o solicitar una excedencia en el trabajo, sino explicarle a la gente más cercana el significado y riesgos de este viaje, ya que voy a un país dictatorial donde, por ejemplo, la sanidad es deficitaria.
-¿Es la primera vez que viaja como cooperante?
-Sí. Aunque he sido voluntaria en varias ONG's, es el primer proyecto en el que trabajaré in situ , desde el 11 de febrero.
-¿Qué le va a aportar esta experiencia?
-Sobre todo, descubriré lo gratificante que es ayudar a personas que no tienen nada. No sólo quiero aplicar mis conocimientos clínicos en beneficio de los niños de Bata, sino también conocer su cultura y realidad, observar sus ganas de vivir, y comprobar que los problemas que hoy me preocupan no son más que una nimiedad.
-¿En qué consiste este programa en Guinea Ecuatorial?
-Está formado por dos proyectos. Uno para la construcción de aldeas para niños, algunos de ellos huérfanos, donde conviven con una educadora para ofrecerles un hogar estable y una formación educativa sólida. Y el otro, de ámbito sanitario, con el desplazamiento, cada dos meses, de un equipo de médicos españoles para que realicen el máximo número de intervenciones posibles, a niños y en zonas rurales cercanas, ya que esta aldea cuenta con un consultorio médico, quirófano o farmacia. Antes, se traían a España pero esta situación no sólo provocaba desarraigo sino también problemas burocráticos.
-¿Cómo se define la labor humanitaria de Aldeas Infantiles?
-Se trata de una organización internacional, aconfesional y no vinculada a ningún partido político, que busca integrar familiar y socialmente a los niños residentes en cada aldea. La financiación, realizada exclusivamente por los socios, ha permitido crear un total de 449 aldeas que atienden a más de 450.000 niños en 132 países del mundo.