Dinio recuperó su pasado como camarero en A Rúa

OURENSE

06 dic 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Como un camarero más, con su nombre en la camiseta, estaba ayer Dinio en la tapería A Tasca de A Rúa. Solo que la presencia del cubano que saltó al papel cuché por su idilio con Marujita Díaz respondía a algo más que a una oferta en el Inem para cubrir una plaza de camarero. Su estancia en Valdeorras (que está previsto que continúe hoy) se debe a un bolo (como se denomina a la estancia de un famoso en un local de hostelería).

Aún así, Dinio no se arredró cuando le tocó estar detrás de la barra, y emulando a un jovencísimo Tom Cruise en Barman, comenzó a hacer filigranas con los hielos. Sorprendidos sus clientes, aclaró que «a mí también me tocó ser camarero». Era su vida antes de saltar a las páginas de la prensa rosa, y antes de llegar a vivir a Madrid.

El cubano también lució músculos y tatuajes del otro lado de la barra. Besos para las chicas y apretones de manos para los chicos. Saludó a todo aquel que quiso conocerle, siempre con la sonrisa en la boca y con un educado «encantado» que repitió incesantemente. Incluso escuchó la historia de un rués que le contó que había visitado su país, hace algo así como cincuenta años.

Y mientras los clientes del local le miraban a él, él seguía de reojo cómo le iba al Real Madrid. No ocultó su cariño hacia el equipo blanco (no tanto hacia Pellegrini), lo que le valió que algunos le comentasen entonces su querencia por el Barça (explicando él que había seguido el derbi en el campo).