Los residentes en la zona esperan que Adif les muestre los planos y aclare las previsiones de futuro de la zona
26 oct 2010 . Actualizado a las 02:00 h.El caos de tráfico que desde la pasada semana soportaron los vecinos de Bobadela y Rezavella, al recibir buena parte del tráfico que hasta hace pocos días discurría por la calle río Arnoia hacia la N-120, es historia. Al menos, de momento. Los acontecimientos se precipitaron. Por la mañana, el presidente de la comisión vecinal, José Luis Regal, expuso la situación al alcalde, para pedir la intervención de la administración local. A última hora de la tarde ya estaban instaladas las barreras que limitarán la circulación entre las viviendas y permitirán que en Bobadela y Rezavella recuperen la tranquilidad de este núcleo y se liberen de los sobresaltos de los últimos días.
La previsión de que el corte de tráfico en la calle río Arnoia se mantendrá tres meses, con el consiguiente perjuicio durante ese tiempo para los residentes en Bobadela y Rezavella, animó la movilización. El sábado se reunieron los vecinos en asamblea y decidieron conceder una semana a Adif para que les diera una solución. Acudieron, además, al alcalde de Ourense. Y han encontrado respuestas.
La raíz del conflicto está la calle río Arnoia, cerrada por las obras del tramo de entrada del AVE en Ourense en el trazado desde Santiago. Al quedar fuera de servicio esta vía de comunicación, el tráfico habitual desde O Vinteún hacia la N-120 discurría por estas localidades para desembocar en el túnel situado frente a las torres de O Pino y la sede de la Uned. Eran muchos vehículos al mismo tiempo para una zona que no está preparada para soportarlos.
Entre la una y la una y media de la tarde, las dificultade se amontonaron en Bobadela. En algunos puntos resulta prácticamente imposible el paso de dos vehículos, si alguno excede las medidas del utilitario. Súmese el uso de la vía por conductores que circulan a velocidades desaconsejadas para un tramo que en condiciones normales, en el día, es casi peatonal, y el panorama resultaba preocupante.
Los vecinos, por otra parte, lamentan que ni Adif ni el Concello les hayan explicado cómo va a quedar la zona y si las obras y el túnel actual de salida a la N-120 seguirá en uso, será peatonal, o, como se les ha insinuado, va a cerrarse. «Queremos ver os planos. E agardamos que Adif no los mostre, para saber a que aternos», reclama Regal.