El historiador abrió cinco días dedicados al patrón en la capital de Valdeorras
12 sep 2014 . Actualizado a las 01:45 h.Hubo tiempo para el recuerdo de aquellos años en los que bajaba desde su Quereño (en Rubiá) natal hasta O Barco con sus padres para disfrutar de las Festas do Cristo. También para exaltar la amistad, de los muchos que estaban en el patio de butacas y para quien ejerció como maestro de ceremonias, José María Rodríguez, de quien destacó su conocida pasión por el cine y la facilidad de los cinéfilos «por convertir en certo e real o que non é máis que ficción», para aconsejar a los presentes no creerse todo lo que de él había glosado (que fueron, sobre todos, anécdotas de toda una vida de amistad). Y también para, cómo no, recordar aquel 14 de septiembre de hace 39 años, cuando un accidente de tráfico le dejó en una silla de ruedas para siempre. El corazón encogido unos segundos para resurgir y entonces cantar a la fiesta, porque ese día, «volvín nacer». Así que cada 14 de septiembre, renace Antonio Castro Voces, que se encargó de glosar las bondades de las Festas do Cristo en el pregón que ofreció en el teatro Lauro Olmo. Llegó a él por un atraco del edil de Cultura, Eduardo Ojea, que aceptó porque «¿a quen lle amarga un doce?».
Recordó con orgullo haber sido testigo de la puesta en marcha del IES Martaguisela, el primer instituto construido en la provincia fuera de la capital (y las posibilidades que eso trajo a los entonces jóvenes de la comarca para seguir formándose); o la recuperación de las siglas del CD Barco, equipo en el que militó «por pouco tempo».
Mañana, Seguridad Social
Pero, sobre todo, lo que hizo Castro Voces anoche fue apostar por invitar a vecinos y visitantes a disfrutar de las Festas do Cristo, que son, dijo, una referencia para la comarca. Remarcó la importancia de que Valdeorras luche unida por su futuro. «A conciencia de comarca é [...] a pedra angular sobre a que hai que edificar o noso futuro», empezó. Aprovechó para criticar que la A-6 se hiciese por Pedrafita, y no por la entrada natural a Galicia (ya lo decidió el río Sil y después lo confirmaron la Vía Nova, el Camiño de Inverno o el tren), condenando a Valdeorras «a sufrir o que agora estamos padecendo». Habló del AVE, «que non vai pasar pola comarca», de la A-76, «se é que algún día se remata [...] se é que algún día se comeza», de los incendios, que cada año «queiman os nosos montes», del hospital «que cada vez presta menos servizos», el juzgado «que queren que desapareza», el Camiño de Inverno «que espera ese recoñecemento oficial que nunca chega»... Apostó por «sumar en lugar de dividir. Recuperar o sentimento valdeorrés. Se cadra necesitamos un himno, unha bandeira e ata un día de Valdeorras».
Sin recurrir a los papeles (siempre tirando de memoria) habló Castro Voces, que recitó a Florencio Delgado Gurriarán o a Federico García Lorca para enfatizar ese sentimiento comarcal. Sin olvidar al Nazareno, «o leitmotiv destas festas»; a las que invitó a sumarse «a todos».
Y todos pueden elegir mañana a las nueve entre la actuación del grupo Brincadeira, de música y baile tradicional, en la praza do Príncipe; y la verbena con Gran Parada, en el campo da festa. Además, a las 23.45 horas, en la praza Andrés de Prada, actuará el grupo Seguridad Social.