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«Me habían hablado muy bien de esta tierra y quería conocerla porque es una parte de España desconocida y creo que merece la pena», explica Aurelia Cifali. Viene desde el sur de Italia, cerca de Roma, y espera que el Erasmus le sirva para conocer gente, la cultura gallega y, ya puestos, vencer su timidez. Del mismo país, concretamente de Sicilia, llega Antonino Terrasi, que se decantó por Ourense para realizar su intercambio porque cree que al ser una ciudad pequeña es más asequible y porque le transmitió la sensación de ser «una ciudad agradable para estudiantes». Pero de italianos no vive el programa y también se dejan caer por aquí europeos de Polonia, Bélgica, Portugal, Rumanía o Alemania. Desde este último país llegó Shadee Geetrs, que vive en Colonia y busca mejorar su soltura con el español y aprender un poco de gallego porque piensa que «es una buena oportunidad para estudiar algo distinto y diferenciarse». Durante su estancia en Ourense podrán disfrutar de actividades pensadas en el núcleo de la universidad exclusivamente para ellos: teatro, talleres de supervivencia y técnicas de escalada, clases de cocina saludable o un curso de gaita y otro de gallego para los que quieran empaparse bien de nuestra cultura. También dispondrán de un gabinete psicopedagógico a su disposición para resolver problemas de estudios, profesionales o personales que puedan surgir en su estancia. Un total de cuarenta y ocho jóvenes -contando Erasmus y los que vienen por convenio bilateral- disfrutarán de Ourense.
as, Áurea Soto.