Arte emergente en el espacio de A Ponte
16 nov 2015 . Actualizado a las 05:00 h.«El alma libre es rara, pero la identificas cuando la ves, básicamente porque te sientes a gusto, cuando estás con ellas o cerca de ellas», Bukowski.
Para aquellos que aún no han visitado la muestra de creadores emergentes que bajo el título Tinta Xove 2015 aglutina a los seleccionados en el certamen homónimo convocado por O Cabalo Fosforito, espacio multidisciplinar de docencia y creación artística, dirigido por Marta Dorribo y Enrique Muñoz (Avenida de Marín, 37) dispone aún de unos días para hacerlo y disfrutar de una colectiva intensa y audaz que da visibilidad a una amplia representación de talento emergente. Nuevas miradas, femeninas mayoritariamente que a través de una nueva sensibilidad y percepción de la realidad indagan en los insólitos recovecos del alma humana y en la manera de expresarse y sentir de estos jóvenes creadores.
Unos, conocidos como Patricia Fernández Paz, que transfiere la impresión de la tinta desde el acrílico en Face retrato abstracto que surge del negro para abocetar los rasgos construidos en base a volúmenes mediante empastes cuya transferencia al papel aparenta espontáneo, de inspiración expresionista.
Otro de los artistas cuya trayectoria es importante es Antón Taboada, ligado a la investigación del arte desde distintas disciplinas, colaborando con el Correo Gallego y la USC, ilustrando coleópteros y briozoos para artículos científicos y volúmenes de fauna ibérica para el CSIC. El artista maneja con elegancia y destreza la integración del aspecto plástico y el de la creación originando imágenes de gran calidad técnica, conceptual y emocionalmente insólitas.
Talento, maestría y sensibilidad en Medusa Enamorada. Pota Cromática, realiza una interpretación de un personaje creado por el escritor Kurt Vonnegut. Idea un ser tierno y cíclope que se recorta sobre el fondo elástico, curioso e inteligente TRALFAMADORIAN III.
Muy interesante resulta Cada vez más asquerosamente bella de Laura Fernández Patiño, una disertación sobre la apariencia y la belleza sacudiendo los estereotipos con ingeniosa ironía. Un desquiciado retrato de Dorian Gray, una crítica al absurdo de la permanencia de lo efímero y en lo banal y vacío de la sociedad contemporánea. María Pinal resalta un desnudo femenino en tensión desde el inquietante contraste del blanco y negro.
Eva González combina distintas especies animales dentro de su bestiario particular en Salchicebra. De gran iconismo en su discurso conceptual Mar Mediterráneo, de Hugo Pazos. Aixana retrata de forma narrativa una experiencia con un autorretrato próximo al cómic y a la cosmovisión de Jason Levesque, un referente para la diseñadora. Rescata una sensación congelada entre la imagen del recuerdo y el instante recordado llevado a la representación con una línea retro futurista. BIGP a través de un original autorretrato expresa su preocupación ecologista por los atentados contra el paisaje. Laura Menéndez altera las tintas para la representación sistemática del mismo motivo en un caos ordenado de direcciones alternas con el rumor del mar en Xeometría Marina.
Lía crea una imagen sugerente y estimulante de ingeniosa belleza que funciona plásticamente de manera rotunda y a nivel conceptual traslada la intención del discurso al plano emocional. Un trazo rápido, resume una expresión poética, de marcada conciencia social. Miriam Cabano se enreda y desenreda entre mechones de cabello. Fragmenta la figura mostrando el todo por la parte y haciendo resaltar la imagen como juego, presentada dual y enfrentada sobre el fondo neutro sin ninguna intención emocional, la línea como vértice definitivo de la imagen. Borde incandescente y delimitador necesario de los contornos.
Sincrético y anárquico es Pascual Cabaleiro en sus dibujos inspirados en videojuegos con la influencia de Akira Toriyama registrada en su cuaderno. Space Crab es referente del eclecticismo de la cultura contemporánea. Pato critica la sociedad de consumo y la imposición de su capitalismo aberrante en marcas comerciales. Rebeca Lar reflexiona sobre la cara oculta de los humanos a través de una ilustración bicroma, surrealista y autobiográfica.
YU expresa el éxodo y el discurrir de la vida como un apasionante viaje y la importancia de las personas que nos acompañan en los distintos tramos de la vida. Junior Alén representa un estado anímico, físico y mental traspasado al plano vectorial. Un lenguaje infinito y encriptado sólo apto para iniciados y Arantxa Suárez fragmenta la vulnerabilidad de la dualidad humana frágil y salvaje en su batalla territorial contra la naturaleza.
crítica de arte