No son Los Suaves los únicos que se retiran de los escenarios. Tereixa Paz, que fue diputada autonómica durante once años, también ha anunciado que lo deja, en su caso el atril parlamentario. Como es lógico, salvo enfermedad diagnosticable, nadie crece, besa, se enamora y, en definitiva, vive con discursos políticos como banda sonora, con lo que es comprensible que el apego emocional de los ourensanos hacia Los Suaves sea mayor que hacia Tereixa Paz. Y, si no, que se lo digan a Nacho Martínez, el músico callejero al que Yosi se encontró ayer en el Paseo y con el que compartió un fugaz dueto que quedó grabado en vídeo y que en pocas horas superaba las 40.000 visualizaciones en el Facebook del artista (el de Nacho, no el de Yosi).
Aunque la diputada autonómica del BNG no es una roquera profesional sí aportó rock and roll (en sentido figurado) a su actividad política y su despedida es una pérdida para Ourense. Quizás su adiós no sea tan emotivo como el de Los Suaves, pero está claro que supone una gran pérdida para la provincia. En el Parlamento gallego defendió los intereses de los ourensanos como pocos lo han hecho a lo largo de la democracia y tuvo la valentía de plantear alternativas al inmovilismo en el que está instalado su partido. En esta (forzada, lo sé) analogía entre Tereixa Paz y Los Suaves solo me queda una reflexión más. Son muchos los que piensan que la despedida el grupo musical no es definitiva y que volverán a subirse al escenario. Algunos (menos), incluso sin ser votantes del BNG, esperan que el adiós de la diputada sea también solo un hasta luego.