Más de la mitad de los vocales de la Cámara han presentado ya su renuncia

Marta Vázquez Fernández
m. vázquez OURENSE / LA VOZ

OURENSE

Álvaro Vaquero

La Consellería de Industria da de plazo hasta finales de semana para intervenir

30 nov 2017 . Actualizado a las 05:00 h.

La Cámara de Comercio de Ourense se encuentra ya en un punto de no retorno. Tras el pleno del pasado lunes, en el que la directiva de la entidad comunicó la decisión de presentar la renuncia a sus puestos, debido a los graves problemas económicos, se han ido sucediendo las dimisiones. Los primeros en dar el paso fueron los miembros del comité ejecutivo, a los que posteriormente se han ido sumando los del pleno. Fuentes de la propia cámara ourensana confirmaron ayer que a media mañana ya se habían contabilizado más de una veintena de renuncias, un número suficiente para dar por imposible el normal funcionamiento de la entidad, lo que hará inevitable que la Xunta de Galicia tome las riendas y, tal y como recoge la Ley de Cámaras, nombre una comisión gestora. Para que este mecanismo se ponga en marcha es necesario que se produzca la renuncia de la mitad más uno de los vocales del pleno, algo que a estas alturas ya se ha superado con creces. Eso sí, fuentes de la Xunta confirmaban ayer que se dará de plazo hasta finales de semana para «tener constancia oficial», de todas esas dimisiones.

Tras este tiempo prudencial que la Consellería de Industria quiere conceder antes de materializar su intervención, y después de constatar que existe efectivamente un vacío de poder en la entidad cameral ourensana, tocará poner en marcha un período de alegaciones ante la propia Cámara de Comercio y el Consello Gallego de Cámaras.

En caso de que no se presenten alegaciones, algo que parece probable puesto que las renuncias han sido voluntarias como resultado de la imposibilidad de la entidad de seguir manteniéndose por la falta de ingresos, llegará el momento de que se nombre por parte de la administración una comisión gestora. La ley establece un mes de plazo para su creación, y obliga a que la integren seis representantes de la administración gallega y dos más del consello de cámaras. Es por ahora imposible saber si en esa comisión habrá representantes de la provincia.

El tercer caso gallego

La de Ourense es la tercera cámara de comercio de Galicia en afrontar serias dificultades económicas. Lugo y Ferrol también han pasado por esta situación, y en ambos casos el final no ha sido feliz. En Ferrol se descubrió la existencia de una deuda de seis millones de euros, después de que los vocales del pleno y la directiva también dimitiesen en bloque. La Xunta nombró entonces una comisión gestora pero la entidad no ha podido recuperarse de tanta deuda y ahora mismo se encuentra inmersa en un proceso de liquidación, habiendo asumido parte de sus funciones la Cámara de A Coruña.

En Lugo su pervivencia es actualmente casi testimonial. La falta de liquidez llevó a que se perdiesen los bienes y a que los trabajadores pidiesen la extinción de sus contratos. Luego, un convenio con los empresarios de la provincia permitió que su sede acogiese alguno de los servicios camerales, que ahora gestionan trabajadores de la confederación.

En Ourense la deuda contraída hasta finales del año se calcula en 2017. No es una cantidad excesivamente alta por lo que es posible que aún exista algún tipo de solución de futuro.

Los trabajadores acuden al juzgado para presentar demandas por impago de salarios

Los trabajadores de la Cámara de Comercio llevan cuatro meses sin percibir sus salarios y, ante el último giro de los acontecimientos, muchos de ellos han recurrido ya al juzgado para presentar demandas. En algún caso la cuantía de la petición asciende a más de cien mil euros. En estos momentos la entidad tiene en nómina a dieciséis trabajadores, tras afrontar en los últimos años un proceso de reducción de plantilla. Fuentes de la entidad aseguraban ayer que pese a que ahora los empleados han decidido tomar el camino judicial, todos o, al menos, muchos de ellos, estarían dispuestos a llegar a un acuerdo para «poder seguir prestando servicios para la cámara».

Fuimos transparentes

La situación de asfixia económica que afronta la entidad ourensana no es algo nuevo para nadie. Ayer mismo el ya ex presidente de la entidad, Juan Carlos Parada, recordaba que llevaban meses advirtiendo de lo que se avecinaba. «Siempre hemos sido muy transparentes. Hace ya muchos meses que el trabajo que hacíamos no tenía ningún tipo de retorno y avisamos en todos los organismos de que a partir del mes de septiembre ya no tendríamos dinero para poder continuar».

En todo caso, y respecto al futuro, el empresario considera que «la Xunta está haciendo un esfuerzo muy grande por Ourense y creo que van a apostar por la Cámara». Advierte de que, si cierra, los empresarios perderán muchos servicios.