En 1975 se descubría en las proximidades de Bande un campamento romano. Rodríguez Colmenero recuerda aquellos días
09 nov 2022 . Actualizado a las 20:32 h.«Una ciudad romana, descubierta en las proximidades de Bande», titulaba La Voz de Galicia el 24 de septiembre de 1975. La noticia se daba con una amplia crónica de Alfredo Vara, en la que entrevistaba al profesor Antonio Rodríguez Colmenero (Lucenza, Cualedro, 1936), autor del hallazgo y quien daba los primeros detalles de lo descubierto en las excavaciones. El profesor, que entonces tenía 36 años, se había doctorado recientemente con una tesis sobre la Galicia Meridional Romana que publicó en 1977 la Universidad de Deusto. «En una de las visitas para observar monumentos o vestigios seguí la Vía XVIII (Braga-Astorga), con sus miliarios y mansiones y me aparecieron las ruinas, sus muros», recuerda con nitidez el profesor, hoy jubilado.
En la crónica de 1975, el periódico recogía que la mencionada ciudad ya aparecía citada en el itinerario de Antonino como mansión de Aquis Querquennis, una de las varias que había en la calzada romana. La ubicación del yacimiento al lado de las termas de O Baño fue también una pista para la localización que realizó Rodríguez Colmenero. «Sabíamos que desde Bracara (Braga) a Aquis Querquennis había 53 millas», contaba el profesor a La Voz en aquel entonces, relatando que hizo mediciones y descubrió un miliario en la iglesia de Santa Comba que marcaba la milla 50. La toponimia Aquis indicaba que tenía que estar cerca de las fuentes termales. A 200 metros descubrió la muralla de lo que entonces se consideró la ciudad romana.
No había habido muchos estudios previos sobre el lugar, recuerda. Menciona que Cuevillas había excavado sin llegar a determinar qué eran esos restos. Una vez que se trasladó a Deusto para dar clases en la Universidad, el profesor Rodríguez Colmenero explica que pidió permiso a Unión Fenosa, propietaria de los terrenos incluidos dentro del embalse de As Conchas donde se ubicaba el yacimiento, para que le dejasen excavar allí. «Había sido becario de Barrié de la Maza y la excavación se inició en 1975. Encontramos un gran muro y dudaba si era una ciudad romana bajo imperial con pequeñas defensas. Seguimos estudiando y me di cuenta de que no podía ser una ciudad, sino un campamento», aclara. Esa observación la apuntaló en 1982 en Alemania, donde estudió los campamentos romanos del Rin con una beca del gobierno germano. «Llegué a la conclusión de que el nuestro era un campamento también».
Para realizar las importantes excavaciones que se hicieron continuadamente en el yacimiento de Aquis Querquennis desde su descubrimiento en 1975 fue clave el apoyo de Unión Fenosa, subraya Rodríguez Colmenero. «Unión Fenosa se constituyó como protector, Honorato López Isla era el consejero delegado; aquello empezó a crecer y siendo presidente Julián Trincado nos dieron un millón de pesetas para construir una sede», rememora el profesor. Se fueron descubriendo más estructuras: cinco barracones (strigia) de la tropa, dos horrea o graneros, el hospital (valetudinarium), el cuartel general (principia), las vías interiores y sistemas de drenaje, además de las murallas, las puertas y el foso. Ya la crónica de 1975 de La Voz hacía referencia a que «la muralla es impresionante, por su grosor y magnífica construcción».
La Via Nova y el yacimiento romano de Aquis Querquennis son hoy por hoy el principal monumento de la Antigüedad que se conserva en la provincia de Ourense. «Aquello es un complejo arqueológico dentro de su género -campamento romano de una cohorte- que es el mayor de la península, el más extensamente excavado y el más conocido. Es un centro de investigación y de enseñanza que sigue vivo con proyectos europeos, con la financiación de la Xunta y con nuestro esfuerzo», defiende Rodríguez Colmenero.
Con el cambio de siglo y por consejo de la dirección general de Cultura, precisa Colmenero, se constituyó la Fundación Aquae Querquennae-Via Nova con el objeto de proteger y promocionar el complejo arqueológico y los tramos de la Vía Nova a él ligados. En su patronato actual ya no figura Unión Fenosa o Caixanova, pero siguen el Grupo Arqueolóxico Larouco, el Concello de Bande, tres departamentos de la Xunta, la USC, la Confederación Hidrográfica Miño-Sil o la Diputación. Estos organismos, a través de convenios, ayudan a solventar las «dificultades económicas» para convertir a Aquis Querquennis en «un gran centro no solo intelectual, sino turístico», sostiene el profesor. Hoy en día, la sede de Porto Quintela (Bande) tiene un importante museo que explica- con vídeos, paneles, fotografías y algunas piezas originales- la romanización de esta zona, el territorio de los Quarquernos, y centro de interpretación de la Via Nova y del campamento romano. «El Grupo Larouco sigue vivo, sostenido por la Universidad de Santiago, y editando la revista Larouco. Yo estoy jubilado pero sigo ligado a ellos», añade el profesor.
La ciudad de la que se hablaba en 1975 era finalmente un campamento pero Rodríguez Colmenero aclara que después, en la época tardorromana (siglos V-VI) hubo una ciudad que lo sustituyó y que llegó a tener dos basílicas. La tercera cohorte de la Cors Legio VII gemina, con base en León, fue la que construyó la Via Nova o una gran parte de ella, subraya Colmenero. Al final de la época de Trajano (117) las tropas legionarias que se habían asentado en Aquis Querquennis fueron enviadas al campamento Paralissum en la región rumana de Dacia. La historia común que dejó el Imperio Romano permitió conocer la anécdota, cuenta Rodríguez Colmenero: «Los arqueólogos de Rumanía nos escribieron que otro campamento de allí era de la misma cohorte».
Ya jubilado, la inquietud por saber más de las culturas antiguas sigue moviendo a Rodríguez Colmenero, que estudia el paleocristianismo en Lugo o el monasterio de San Pedro de Rocas.