A Jácome el sueño de convertir los dos principales equipos de la ciudad en una especie de Frankenstein de tres cabezas le duró doce días. Los que van del 13 al 25 de junio. En esas fechas pasó de anunciar un principio de acuerdo para la fusión de la UD Ourense y el Ourense CF y de vanagloriarse de lograr lo que parecía imposible a despotricar contra los legítimos dueños de un equipo de fútbol, que decidieron ser fieles a su esencia y mantenerse como un equipo de fútbol popular y rechazar los cantos de sirena del billete hacia el fútbol profesional. La UD decidió seguir con su filosofía que le ha llevado en seis temporadas a estar en la zona alta de Tercera y a tener la mayor afición de la provincia. Ahora ya sabe que enfrente tendrá a Jácome. «El club de fútbol UD Ourense, en asamblea comunista (¿?) celebrada hoy (por el jueves) en el auditorio, rechazó cualquiera (sic) opción de tener un club en las ligas profesionales, condenando al equipo a arrastrarse por la 3ª División o Regional Preferente», dijo el regidor en modo ultra tuitero. No suelo ser mal pensado y entiendo que el rechazo a su plan Marshall para el fútbol ourensano no le supondrá a la UD Ourense una mayor discriminación negativa a la hora de tener acceso a las subvenciones para sus equipos de cantera o en el acceso a las instalaciones municipales para entrenar. Tampoco sale bien parada la directiva del Ourense CF, que se entregó a un plan rocambolesco sin medir las consecuencias (una derrota moral) ni calcular los tiempos. La incertidumbre generada no parece ser la mejor receta para preparar una fase de ascenso a Segunda B. Equipo ha demostrado que tienen para pelearlo. ¡Suerte!