El vicepresidente segundo de la Diputación, fiel a Jácome, votó en contra
25 sep 2020 . Actualizado a las 19:31 h.La Diputación ourensana ha aprobado esta viernes sus presupuestos para el año 2021. El gobierno presidido por José Manuel Baltar lo logró gracias al apoyo de uno de los dos diputados de Democracia Ourensana, Miguel Caride. Con ese voto a favor habría sido suficiente para sacar adelante el documento presupuestario, pero además el PP logró el respaldo de la única representante de Ciudadanos, Montse Lama. Quien sí votó en contra fue el otro diputado de DO, Armando Ojea, que se mantiene fiel al presidente del partido, Gonzalo Pérez Jácome. Esa decisión provocará, con toda probabilidad, su salida del gobierno provincial. Baltar había advertido que, si no apoyaba los presupuestos, lo cesaría como vicepresidente segundo.
Cabe destacar, por otra parte, que la división de Democracia Ourensana obligó al secretario de la Diputación a intervenir para aclarar quién es el portavoz de la formación. Según explicó, Jácome pidió relevar a Caride en la portavocía y expulsarlo del grupo, pero el funcionario le solicitó -al igual que ocurre en el Concello- una certificación actualizada para acreditar que él es el representante legal del partido. Esa documentación no ha llegado por lo que el diputado díscolo seguirá por ahora encargándose de la portavocía de DO en la Diputación. Lo hizo, de hecho, este viernes para justificar su voto a favor de los presupuestos. Según dijo, «os orzamentos son necesarios sempre», pero en tiempos difíciles como los actuales se convierten en «imprescindibles». Además, remarcó que se trata de una aprobación inicial y que aún podría haber modificaciones en el futuro.
Montse Lama, portavoz de Ciudadanos, explicó, por su parte, que apoyaría los presupuestos tras alcanzar un acuerdo con el PP para modificar las bases reguladoras de los planes provinciales de obras y de las subvenciones para el conocido como «plan de mocidade» para que los ayuntamientos puedan dedicar esas aportaciones de la Diputación (que suman 57.000 euros para cada concello) a los gastos que consideren más oportunos. Lama dijo que se trata de un «pequeno paso», pero remarcó su disposición al diálogo: «Marcharei de aquí conseguindo algo bo». Recordó, además, que también apoyó «por responsabilidade» los presupuestos del Concello de Xinzo, donde una coalición encabezada por el PSOE cuenta con la mayoría absoluta del pleno. Es decir, al igual que en la Diputación, su voto no era necesario para la aprobación.
De este modo, solo votaron no al documento presupuestario de la institución provincial los grupos del PSOE y del BNG, así como el, al menos hasta hoy, vicepresidente segundo, Armando Ojea, que no ha tomado la palabra en ningún momento. Socialistas y nacionalistas hicieron hincapié en el carácter continuista de las cuentas de la Diputación y denunciaron el reparto discrecional de los fondos públicos. Recordaron, en este sentido, su propuesta de un «plan único» que garantice la distribución de las subvenciones de la institución con criterios objetivos. Rafael Rodríguez Villarino, del PSOE, remarcó que quienes apoyasen los presupuestos contribuirían «a que se perpetúe un sistema discrecional». Tanto él como Bernando Varela, del BNG, apelaron a Caride para que recapacitase. El portavoz nacionalista dijo que el actual reparto de fondos en la Diputación trata como «veciños de segunda» a quienes decidieron «libre e democraticamente que non querían un alcalde do PP».
Plácido Álvarez, portavoz popular, defendió los acuerdos alcanzados con el díscolo de DO y con la única representante de Ciudadanos y comparó esa disposición al diálogo con la de Pedro Sánchez, que «trapichea máis que goberna» y que pacta con los «herdeiros de ETA».