El presidente del Gobierno evita comprometer ayudas para los incendios que asolan la comunidad
19 jul 2022 . Actualizado a las 23:50 h.«Quedan días difíciles, en Galicia y en el resto de España, porque las previsiones meteorológicas apuntan a que va a haber un repunte de las temperaturas en la Península». Así empezó el presidente del Gobierno, Pedro Sánchez, su intervención tras visitar el puesto de mando que coordina la extinción del incendio forestal iniciado el pasado jueves en Riodolas (Carballeda de Valdeorras) y que ya ha quemado más de 7.500 hectáreas y más de medio centenar de viviendas en los tres ayuntamientos a los que todavía afecta: Carballeda, O Barco y Rubiá. Pidió a la ciudadanía «la máxima de las precauciones». También quiso Sánchez mandar un mensaje de solidaridad a los 800 gallegos que han sido desalojados de sus casas en los últimos días ante la amenaza del fuego. «Desde todas las administraciones estamos haciendo todo lo que está en nuestras manos para que puedan volver cuanto antes a sus casas y recuperar, en la medida de nuestras posibilidades, su vida cotidiana». Eso sí, Sánchez también quiso poner en valor la «extraordinaria labor» que están realizando los equipos de extinción. «Incluso jugándose la vida», dijo para recordar al brigadista fallecido en el incendio de Zamora. Y también tuvo palabras de agradecimiento para las oenegé que colaboran en el desalojo de los núcleos de población por la ayuda psicológica que muchas veces prestan a los afectados.
El presidente del Gobierno apuntó que en Galicia hay desplegadas 200 personas de la UME y más de cien medios de las fuerzas armadas para hacer frente a los distintos incendios: «Quisiera subrayar lo importante de la colaboración y la cooperación. Es importante que los ciudadanos nos vean unidos, trabajando codo con codo, porque esa coordinación es lo que nos hace más fuertes frente a un enemigo común tan devastador como son los incendios». Sánchez hizo varias reflexiones sobre la emergencia climática que sufre el planeta y que es letal. «Lo es desde el punto de vista de vidas humanas, afortunadamente no ha ocurrido en Galicia pero sí en otros puntos de nuestro país; lo es en términos de biodiversidad que se pierde; lo es también en términos medioambientales, sociales, económicos, hay mucha economía detrás que se pierde como consecuencia de estos incendios, cada vez más devastadores». Apostó por afrontar la situación con políticas ambientales de Estado, que trasciendan las legislaturas y las administraciones. En ese sentido recordó el anuncio hecho en el debate del estado de la Nación, en el que aseguró que iba a plantear con el resto de administraciones públicas un marco estatal para regular al personal de prevención y lucha contraincendios. Pidió ser conscientes «de que el desafío que tenemos por delante es enorme». En lo que llevamos de año han ardido 70.000 hectáreas en todo el país, «casi el doble de las hectáreas que se han quemado de media en la última década», con once grandes incendios. Y apelando a lo que le había contado minutos antes la ministra de Transición Ecológica, Teresa Ribera, Sánchez dijo: «En apenas un mes hemos sufrido ya dos olas de calor. Durante más de 5 días consecutivos hemos tenido a lo largo del día temperaturas superiores a los 40 grados y por la noche superiores a los 25. La temperatura del suelo rural ha llegado a concentrar 30 grados y hasta 60 en algunos puntos. Los científicos estaban previendo este tipo de temperaturas en el suelo en el 2050 y estamos en el 2022». Aseguró que es el desafío que las administraciones tienen por delante y que incluyen «prevención, recursos en esa prevención, en las labores de extinción y de reposición de toda la biodiversidad», dijo, pero sin llegar a comprometer ayudas concretas para los afectados por los fuegos. Cerró asegurando que están desde el Gobierno «volcados en lo que ahora mismo es lo más urgente, que es la respuesta a los incendios»; y pidió de nuevo máxima precaución a los ciudadanos ante la previsión de máximas temperaturas.
Sánchez no habló de ayudas, que sí anunció minutos antes el presidente de la Xunta, Alfonso Rueda. Serán inmediatas, dijo, para después avanzar que las primeras partidas se aprobarán en el Consello da Xunta del jueves. Insistió, en todo caso, que «lo fundamental es conseguir apagar los incendios preservando la seguridad de todo el mundo». En ese sentido, el máximo mandatario gallego también apeló a la importancia de la coordinación entre administraciones para luchar contra los incendios.
«Decíamos esta mañana que parecía que el tiempo nos está dando una pequeña oportunidad para desplazar medios de la zona de Galicia con una climatología más favorable para que no haya incendios y reforzarlos aquí, que es lo que estamos haciendo. Pero estamos viendo estos días que el tiempo cambia muy rápidamente y no podemos descuidar absolutamente ninguna zona», dijo, sin aludir directamente a la falta de medios que denuncian muchos de los vecinos afectados por los fuegos. Y fue más allá al asegurar que en Galicia «tenemos el mejor operativo de España de lucha contraincendios y cada vez que hay que ponerlo a prueba responde y responde con una gran responsabilidad».
«Esperemos que lo que hemos vivido aquí estos días no haya que vivirlo el resto del verano, pero por desgracia sabemos que quedan todavía por delante muchos días muy complicados de incendios y estamos viendo la peor consecuencia, que es cuando se ponen en peligro núcleos de población, cuando se ponen en peligro vidas humanas. Afortunadamente no tenemos en Galicia, y vamos a trabajar para que siga siendo así, que lamentar ninguna víctima mortal». Reconoció haber vivido «momentos muy complicados». Apuntó Rueda que la evolución de los incendios de Folgoso do Courel y A Pobra do Brollón era favorable. No así en Valdeorras, donde «estamos viendo que vuelve a complicar». Apostó Rueda por las labores de prevención y también por un cambio estructural «que tenemos en marcha con la ley de recuperación agraria». Hay que cambiar, dijo, la utilización de la tierra en Galicia.
Sánchez y Rueda hablaron después del alcalde de O Barco, Alfredo García, que ejercía como anfitrión. Los responsables políticos hicieron las declaraciones tras visitar a los vecinos del pueblo de Alixo, en el que el domingo ardieron 15 casas. La zona cero del fuego, en palabras de García. «Eran 15 viviendas arregladas y en las que se podía vivir y se vivía en determinadas épocas del año, que había moradores que están en otras comunidades autónomas y volvían o vuelven, y espero que vuelvan el año que viene a hacer vida y darle vida al pueblo», apuntó el alcalde. «Los vecinos han pasado las de Caín estos días, han sufrido como probablemente no habían sufrido nunca viendo cómo tenían que desalojar su pueblo y cuando volvieron muchos de ellos se encontraron con las casas en llamas», remarcó. De cara a los vecinos, García dijo que para un responsable político lo peor es ver que se quema el país. Por eso hay que tomar medidas. «Tenemos que poner en valor el territorio», dijo. Y después puso ideas sobre la mesa: «Hay que cambiar la mentalidad de los propietarios, los terrenos no pueden estar improductivos 'sin más, porque son míos'. Los terrenos tienen que producir, porque generan puestos de trabajo y le dan tranquilidad a los vecinos del pueblo porque aunque arda el monte sus casas estarán a salvo». Reconoció que queda por delante un trabajo muy largo, pero necesario, en el que también hay que incidir en los que viven en las ciudades, para que elijan los productos de proximidad en lugar de los que vienen de fuera. «Hay que comprar lo nuestro, lo que se produce aquí para que viva la gente de aquí dignamente», remarcó. García cerró su intervención pidiendo ayuda para la reconstrucción a Xunta y Gobierno. «Nos han echado una mano en el apagado del fuego y nos van a echar una mano en que todo esto vuelva a estar verde y todas esas casas vuelvan a ser habitables y los vecinos puedan volver otra vez a Alixo y al resto de pueblos de O Barco», dijo.
Quemadas 3.000 hectáreas del parque de O Invernadeiro
El fuego de Riodolas afecta al parque natural Serra da Enciña da Lastra. No es el único espacio protegido que es pasto de las llamas. De hecho, desde el pasado jueves arde O Invernadeiro en Vilariño de Conso. Hasta el momento se han quemado 3.000 hectáreas, todas dentro del perímetro del parque natural. A estos fuegos, en la provincia de Ourense, hay que añadir los que permanecen activos en Oímbra.