El Arenteiro está de moda. No es casualidad que lleve sin perder desde el mes de abril ni que acabe de levantar la Copa Federación de fútbol, un título para demostrar que los modestos también pueden tener su minuto de gloria. A los chicos de Fran Justo ese momento les llegó en Alcira, a más de 900 kilómetros de casa. Hasta tuvieron su cuota de pantalla en El Chiringuito; esa especie de Sálvame futbolero que tiene una legión de seguidores especialmente en las redes sociales. Chascarrillos al margen, lo del Arenteiro esta temporada es muy serio. Van líderes en la Segunda RFEF y están apuntalando un proyecto que ya la temporada pasada dio sus primeros frutos. Como olvidar esa eliminatoria de Copa del Rey en la que apretaron hasta la prórroga al Valencia, que finalmente llegó hasta la final del torneo. Para la semana espera el Almería, también de Primera, y quien más y quien menos en la villa ya piensa en cómo meterle mano para seguir soñando. Hacen bien. En el fútbol nunca sabes cuando van a venir de nuevo mal dadas, así que hay que aprovechar el momento y estirarlo lo máximo posible. Lo que también está claro es que para que las cosas salgan bien en el césped tiene que haber una base sólida detrás. Y en el Arenteiro la hay. Tiene una afición que se vuelca en Espiñedo y una directiva que ha sabido trabajar para construir un proyecto sólido con una plantilla y un cuerpo técnico que están dando el callo. Todo empezó un verano en el que en la capital alguien enredaba a querer fusionar a la UD Ourense y al Ourense CF. Mientras, en O Carballiño trabajaban y montaron con muchos de esos mimbres el equipo que es ahora.