Desde los dos equipos que juegan en el estadio alertan de su superficie inestable
30 nov 2022 . Actualizado a las 05:00 h.Los males del estadio de O Couto son endémicos y los parches de los últimos años no fueron suficientes para sobrevivir a un invierno lluvioso como el del presente curso, justo cuando la infraestructura está en obras. Y quienes más lo sufren son los integrantes de la UD Ourense y el Ourense CF, que además han visto como su coincidencia en las últimas jornadas como locales ha incrementado el peligro.
Desde el cuerpo técnico rojillo, Jorge De Dios era claro: «Por suerte no registramos ninguna lesión provocada de modo directo por el campo, pero O Couto tiene un alto riesgo de lesiones de rodilla y tobillo, sin olvidar que su superficie es muy inestable y eso provoca problemas musculares a los futbolistas e incluso les exige un mayor esfuerzo físico».
Peor fortuna corrieron los futbolistas del plantel pontino, como reconoce su entrenador, Rubén Domínguez: «Casi tendríamos que nombrar a los jugadores que no han tenido percances físicos en el campo, pero no solo es contraproducente para nosotros, también lo es para nuestros rivales, para los de la UD Ourense y para el público que no puede ver fútbol en nuestros partidos, porque el terreno de juego está impracticable».
Con palabras mas suaves se expresó un técnico visitante como era Mario Sánchez, que no quiso poner demasiadas excusas a la derrota de su Guijuelo —la primera del curso— en O Couto. Sí destacó: «Mis jugadores se han visto obligados a un gran esfuerzo en un terreno de juego muy blando, por lo que su desgaste fue muy grande después de encajar el gol».
Más recientemente, Sesi Fernández, responsable de la Gimnástica de Torrelavega, anotó que sus jugadores habían tenido que afrontar dos partes muy distintas: «Estuvimos muy bien la primera y nos pusimos 0-2, pero en la segunda apretó más el Ourense CF y el campo no permitía hacer otra cosa que defender la ventaja».
De igual modo, varios jugadores del Barco también lamentaron que en el derbi del pasado domingo fuera imposible hacer mucho más que «mantenerse en pie y realizar un ejercicio de supervivencia».
Ambos técnicos coinciden en que es necesaria una reforma integral del terreno de juego
Desde la Xunta de Galicia explicaron en su día que la obra de reforma de O Couto en esta primera fase está compuesta por «intervencións de reparación e rehabilitación estrutural, destinadas fundamentalmente a asegurar e protexer as estruturas para incrementar a súa vida útil; obras de renovación ou posta ao día de carácter funcional, cuxo obxectivo son os elementos superpostos ás estruturas, principalmente mobiliario (asentos) e instalacións». No se incluye el terreno de juego (previsto para una fase posterior) y su presupuesto supera 1,8 millones de euros. La previsión del final de los trabajos está prevista para el próximo febrero.
Sería en la siguiente campaña cuando se abordaría el cambio de césped. Jorge De Dios opina: «El campo necesita un cambio integral, está totalmente tupido y no drena. Es totalmente desfasado y, sin un campo de referencia en la ciudad, damos una imagen de total dejadez». Rubén Domínguez también se manifiesta de modo similar: «El año pasado llovió poco en invierno y fuimos aguantando, pero volvemos a la situación de hace dos años. Necesitamos una instalación de este siglo, porque somos los últimos de Galicia».
Marqueta acabó con un esguince el partido de Copa
La histórica doble jornada de Copa del Rey en O Couto también castigó al Ourense CF, que recibió al Alcorcón, tras el partido del día anterior entre el Barbadás y el Real Valladolid.
El choque con prórroga y penaltis exigió el máximo esfuerzo de los jugadores de Rubén Domínguez y, entre ellos, el portero Raúl Marqueta también se vio castigado por una lesión: «Metí el pie en uno de esos agujeros que hay en el campo y sufrí un esguince de tobillo que me impidió llegar en las mejores condiciones a la tanda de penaltis».
No solo se vio penalizado el guardameta aragonés para ese decisivo desempate, sino que el desafortunado lance sigue causándole secuelas: «Aún hoy sigo con molestias y tengo que vendar con cuidado el tobillo antes de cada partido».
El arquero se suma al resto de sus compañeros de campo y a los colegas de otros equipos que acuden al feudo ourensano, donde cada vez es más complicado moverse a medida que avanza el invierno: «No simplemente es el tema de las posibles lesiones, es que además lo que ensayamos por la semana no lo podemos llevar a cabo, porque es imposible dar dos pases e incluso mantenerse en pie».
La lista de lesionados del equipo que se entrena Oira, en una superficie muy distinta, se amplifica cuando sus partidos son en casa, donde también han caído, Manu Rodríguez, Tafa, Amin —en un par de ocasiones—, Jerin o Xian, además de la rotura de fibras que afectó a Arribas, en una superficie que también le pasa cara factura a todos los futbolistas en el apartado muscular. Trabajo extra para los servicios sanitarios.