Vivir el Año Nuevo chino en Galicia: «Nunca puedo regresar a mi país en estas fechas, pero celebré una cena para despedir nuestro 2022»

OURENSE

Peile Lin, profesor de chino en la Escuela Oficial de Ourense.
Peile Lin, profesor de chino en la Escuela Oficial de Ourense. Miguel Villar

Peile Lin es profesor de chino en la Escuela Oficial de Ourense y pasa la fiesta más importante de su país a miles de kilómetros de su familia

22 ene 2023 . Actualizado a las 12:55 h.

Este domingo 22 de enero comienza el Año Nuevo chino, la festividad más importante de esta cultura. De hecho, es la única vez en el año que cierran los negocios y, durante casi una semana, solo hay servicios mínimos. También es el momento con el mayor flujo de personas, pues miles de chinos regresan a casa para disfrutar de esta celebración en familia. Otros, por su trabajo, no tienen esa suerte. Es el caso de Peile Lin, profesor en la Escuela Oficial de Ourense. «Nunca puedo regresar en estas fechas porque aquí las vacaciones son antes. Lo celebro en Ribadeo, pues mis hermanas viven allí y hacemos una cena para despedir nuestro 2022», explica.

Por supuesto, en su mesa no faltaron las empanadillas jiaozi, el pescado porque simboliza abundancia para el año siguiente, los fideos salteados que les aportan longevidad y los rollitos de primavera. Estos son los alimentos típicos que suelen preparar todas las familias. Tampoco se olvidan de hacer su ritual más tradicional. «En nuestra cultura hay la costumbre de hacer una limpieza profunda del hogar para empezar el nuevo calendario lunar», indica Peile Lin. Algunos también aprovechan para limpiar su interior con meditaciones. «Otro de nuestros rituales es pegar en las puertas chunlián, son unas bandas decorativas en las que aparecen representados caracteres relacionados con la buena fortuna, la salud y otros deseos», destaca. A la hora de hacer regalos a los niños les suelen entregar un sobre rojo con dinero, una idea también ligada a la tradición.

Su 2023 será el año del Conejo de Aguas, un animal que simboliza trabajo, prosperidad, longevidad y paz interior. «En nuestra cultura hay doce animales diferentes, cada año se corresponde a uno de ellos, y cuando se acaban, volvemos a empezar con los mismos. Son como los signos del horóscopo, según el año en el que nazcas te corresponde un animal. Dicen que marca tu personalidad», comenta. Otra curiosidad de su país es que, a diferencia del nuestro, el inicio del año no tienen una fecha fija, pues depende de las fases del sol y la luna. El calendario lo marca la segunda luna nueva después del solsticio de invierno en el hemisferio norte.

Peile Lin también celebró la Navidad, pues como vive aquí quiso aprovechar sus días de vacaciones. «Me junté con mis hermanas en Ribadeo en las fechas importantes, tenía los días libres e hicimos las cenas y comidas que hacéis aquí. Me gusta disfrutar de todo», confiesa entre risas. Aunque la fiesta que más emoción le produce es la suya, sobre todo, al estar a miles de kilómetros de los suyos.

Este profesor llegó a Galicia con tan solo 14 años. «Mis padres me mandaron a estudiar a Vigo. Llegué en enero del 2005 sin saber nada de este lugar, ni siquiera el idioma. Fue bastante duro al principio, la verdad, pero en el colegio Mariano Franciscanas de la ciudad me trataron muy bien y me ayudaron mucho», desvela. Después, se enamoró de la tierra y decidió continuar aquí su vida. «Intenté vivir en Madrid, pero solo aguanté dos meses, no me gustó, sentía morriña», cuenta entre risas. Eso sí, siempre fue una persona muy inquieta y aplicada. «Estuve trabajando en diferentes sectores y en negocios de familiares, pero después quise estudiar. Empecé Ingeniería Informática, pero no me gustó y me decidí por el comercio internacional y la traducción de forma simultánea. También hice un curso especializado de enseñanza de chino para extranjeros e incluso un módulo de FP de cocina», añade. Ahora lleva tres años ejerciendo como profesor de Chino en la Escuela Oficial de Idiomas de Ourense.

Aunque han pasado 18 años desde que se sumergió en esta aventura, nunca olvida sus orígenes. «Normalmente voy todos los veranos a ver a mis padres a China y echo dos meses allí visitando a la familia. Después siempre cuesta un poco volver, pero esto me gusta mucho, estoy muy cómodo. Lo único malo es la lluvia, pero soy feliz», dice. Ellos también han venido a verle en numerosas ocasiones, aunque han tenido dificultades desde que en el 2020 se decretó el estado de alarma por la pandemia, pues todavía no han podido volver a Ourense. «Espero que puedan viajar por fin este verano», comenta esperanzado. Otra de las cosas que tampoco abandona es su gastronomía. «En casa siempre preparo comida china, excepto alguna vez que hago algún plato español, pero mi casa es como si estuviese en mi país», concluye Peile Lin.