El día en el que Rueda le enseñó la puerta de salida a Baltar: «Es solo un concejal de Esgos»
OURENSE
Los discretos resultados electorales del PP en la provincia de Ourense, sin mayoría absoluta en la Diputación y manteniendo solo pequeñas alcaldías, provocaron que el PPdeG dejara de mirar a otro lado con las polémicas del presidente y forzara su renuncia
17 jul 2023 . Actualizado a las 14:56 h.«A día de hoy es concejal de Esgos y nada más». Esta frase la pronunció el presidente del PPdeG, Alfonso Rueda, el pasado 1 de junio, una vez analizados los resultados electorales de Ourense. Fue el día en el que decidió señalarle la salida a José Manuel Baltar, que este miércoles anunció que no tomará posesión como edil en ese concello y, por tanto, no podrá aspirar a ser presidente de la Diputación, cargo que ocupa desde hace once años tras dar el relevo a su padre, que se sentó en el mismo sillón durante más de dos décadas. Fuentes conocedoras de los movimientos en las últimas semanas en el PP gallego y ourensano apuntan a que ese día fue clave para conocer el futuro que le esperaba a Baltar.
El PSOE no tardó en intentar atribuirse el mérito de esta salida, apelando a su labor de fiscalización en la oposición, y el propio Gonzalo Pérez Jácome (que le dio la presidencia a Baltar en el 2019 a cambio de que lo hiciera alcalde) asegura que los tres diputados que obtuvo el 28M han sido claves para finiquitar el baltarismo. Pero lo cierto es que en la despedida de Baltar de la política local se confirmó hace dos semanas, y no fue una renuncia: la caída la provocó el PP de Alfonso Rueda.
El caldo de cultivo, eso sí, es anterior. Por muchas incomodidades que generase el segundo de la saga, el PP las consintió durante años por un motivo: los resultados electorales. La provincia de Ourense ha sido tradicionalmente el granero de votos del partido en Galicia y en Santiago no estaban dispuestos a renunciar a ese patrimonio. Por ese motivo, circunstancias que hubiesen provocado la salida inmediata de otros políticos se dejaron pasar con Baltar. La denuncia por acoso sexual -una mujer aseguraba que el político le había ofrecido trabajo en la Diputación a cambio de mantener relaciones con él- fue una de ellas. Aunque por lo bajo, varios sectores del partido pidieron entonces que se tomaran medidas. Pero el PPdeG, en manos de Feijoo en aquellas fechas, lo dejó pasar.
A las puertas de la campaña electoral del 28M saltó otro escándalo. Lo que saltó, en sentido estricto, fue un cinemómetro que captó al presidente de la Diputación circulando a 215 kilómetros por hora en la autovía, a su paso por Zamora, conduciendo un coche oficial un domingo por la tarde. La gestión que hizo Baltar de esta crisis también generó tensiones: tardó 48 horas en dar explicaciones y pedir disculpas. Luego dilató todo lo posible la comparecencia en el juzgado para que evitar que coincidiera con las elecciones. De hecho, el juicio sigue pendiente. Está acusado de un delito contra la seguridad vial. En aquellos días, a las puertas de las municipales, Rueda decidió no desairarle y coincidió con él en numerosos actos de campaña. Todo pendiente de los resultados, que no llegaron.
Con estos antecedentes y en un contexto de buenos resultados del PP en otras provincias gallegas (el partido ha recuperado la Diputación de Pontevedra y a punto ha estado de lograr la de Lugo), el hecho de que Baltar no consiguiera la mayoría absoluta que le garantizara la Diputación (en la provincia se quedó en un 40 % de voto, cuando en Lugo superaron el 44 %) provocó que Rueda aprovechara las circunstancias para forzar un relevo ordenado. Las fuentes consultadas aseguran que en esa salida ha habido una implicación directa de Rueda y de su equipo en el PPdeG desde Santiago. Y fue ayer el presidente quien dio otra clave: «Todos os ciclos teñen un principio e un final».