La rentabilidad es mayor en ecológico, según un trabajo de la cátedra do pan
06 nov 2023 . Actualizado a las 05:00 h.El trigo gallego puede ser rentable en la agricultura. La recuperación de las variedades Callobre y Caaveiro se está impulsando en los últimos años, y la creación de la IXP Pan Galego ayuda a esa tendencia. Un trabajo recién presentado en el Campus Terra apunta que el cultivo del cereal es incluso más ventajoso en la agricultura ecológica que en la convencional.
Ibán Vázquez, profesor del Departamento de Economía Aplicada de la Universidade de Santiago de Compostela (USC) e investigador de la Cátedra do pan de esa institución, aporta datos sobre la ventaja que supone el modelo ecológico para quienes viven de la agricultura. Tomando como referencia una superficie de una hectárea, el rendimiento en régimen ecológico es un 32 % menor que si se elige el sistema convencional. Sin embargo, merece la pena escogerlo porque, señala, el coste de producción por hectárea es un 23 % menor si se hace en producción ecológica.
El estudio se hizo con un escenario que recogía dos precios para el cereal, tanto en modo ecológico como convencional. En el primero se partía de una cotización de 1,20 euros por kilo para el ecológico y de 0,80 euros para el convencional. La diferencia era de 160 euros más por hectárea si se practicaba una agricultura ecológica.
En el segundo caso se tenía en cuenta que se pagasen 0,50 euros por el kilo trigo ecológico y 0,40 por el convencional, lo que daba una diferencia de 11,50 euros por hectárea en favor del primer sistema. El rendimiento por hectárea es mayor si se trabaja en modo convencional que en convencional (1.529 kilos por hectárea en el primer caso, 1.033 en el segundo); no obstante, se compensa la fórmula ecológica porque el coste de producción es menor (364 euros por hectárea frente a 470). «Pode ser unha oportunidade», dice con convicción Ibán Vázquez. Además, recuerda, en el pliego de condiciones de la IXP Pan Galego, aprobado por la Xunta, se detalla que el producto que esté amparado por ese sello deberá tener al menos un 25 % de harina de trigo autóctono en su elaboración.
Ibán Vázquez sostiene que el fomento del cultivo, aunque se haya recuperado en los últimos años, debería contar con un apoyo más decidido de la administración. Además recalca, tomando como referencia los datos recogidos en su estudio, que la apuesta por la agricultura ecológica no solo aparece como favorable para el cosechero sino que tiene otras repercusiones. En ese sentido recuerda las directrices de la Unión Europea que imponen a corto plazo el deber de que un mínimo de la superficie agrícola debe ser ecológica.
Mejoras para la salud
Así, agrega, se cumplirían objetivos recogidos en el documento conocido como Pacto Verde, con mejoras para la salud y para el medio ambiente. Pero también subraya, recordando sus datos, que se demuestra que el cultivo ecológico ofrece garantías de viabilidad.
En el trabajo Dende a produción á panificación do trigo galego Caaveiro en cultivo ecolóxico vs. convencional, coordinado por Ángeles Romero y por Santiago Pereira y editado en el 2022, se detalla que en los últimos años se aprecia un creciente interés entre los consumidores por el pan ecológico, sin olvidar que esa demanda genera «un valor engadido que pode ter repercusión económica».
Los autores de la publicación advierten de que hace falta aplicar medidas que aseguren la autenticidad de esos productos: si, por un lado, la IXP Pan Galego es una oportunidad, resulta necesario, por otro, garantizar un sistema «que certifique a identidade, a trazabilidade e a orixe dende a semente ata a mesa».
Un estudio del Campus Terra busca un mejor rendimiento de fincas de maíz
¿Se puede lograr una mejor cosecha de maíz, con producción más abundante, si se gasta menos? ¿Se puede sembrar menos y recoger más? El campus de Lugo (USC) tiene la solución a esas incógnitas. Un equipo de la Escola Politécnica Superior estudia la manera de potenciar la exactitud de los sistemas de agricultura de precisión, presentes en el campo desde hace años.
Los avances tecnológicos permiten que las empresas de servicios agrarios cuenten con equipos informáticos que recogen una serie de datos, aportados por las máquinas cosechadoras. Javier Bueno, docente del Campus Terra, explica que una máquina puede llegar a recopilar hasta mil datos por hectárea, pero que no todos son correctos. El trabajo consiste en filtrar mejor los datos, lo que sirve para conseguir en una parcela un rendimiento más preciso. Bueno explica que los sensores que miden la producción de maíz forrajero, una planta de gran utilidad para la alimentación de la ganadería vacuna de leche, son menos eficaces que los de otros cereales, puesto que realizan la estimación antes de picar el maíz.
El rendimiento que se obtiene en una parcela no es homogéneo, sino que puede dividirse en tres categorías (baja producción, media producción y alta producción). Una de las claves del estudio que lleva a cabo el campus de Lugo se dirige a lograr una mayor precisión en el muestreo de una finca. Bueno recalca que si se sabe qué zona es la de más rendimiento, es ahí donde se debe sembrar más. Pera esta iniciativa se cuenta con la colaboración de sendas empresas de servicios agrícolas de As Pontes y de Castropol (Asturias).