Los técnicos protagonizaron en Ourense una sesión formativa de la mano de Afiador
13 dic 2023 . Actualizado a las 05:00 h.José Rojo Martín, Pacheta (Salas de los Infantes, 1968), es de esos entrenadores que entró en el fútbol profesional por la vía rápida, si bien tuvo que escalar paso a paso para asentarse en la élite. Con su ayudante de las últimas temporadas, Chema Monzón (Elche, 1976) forma un binomio que ayer aceptó la invitación del colectivo de técnicos ourensanos, Afiador, para una sesión formativa que deleitó a un buen número de caras conocidas en el ecosistema del balompié provincial.
Pacheta recordó que conoció a los integrantes de la asociación de entrenadores cuando se cruzó con el Barbadás en la Copa del Rey, al frente del Valladolid: «Es un grupo que lucha por los derechos de los entrenadores y también por facilitar su formación. Colaboran también con la federación y se portan con nosotros de forma maravillosa».
El técnico que recientemente vio concluida antes de tiempo su etapa en el Villarreal, recordó que fue la cuarta destitución de su carrera y que en todas ellas tenía la meta que le habían encomendado a su alcance. Con todo, recordó además que saca una lectura positiva de su trayectoria desde entornos más modestos: «Los que nacimos en un pueblo pequeño de Castilla, supongo que en Galicia serán parecidos, saben que tienes que ser prácticamente autodidacta, tanto como jugador, como después en el papel de entrenador. Ahora cuando miras desde la élite, me siento orgulloso de lo que hemos conseguido y somos un ejemplo para cualquier niño o entrenador joven que puede salir del fútbol base».
Roberto Abad, responsable de la Escola Galega de Adestradores en Ourense presentó a los dos ponentes invitados y el Barbadás también les dedicó un obsequio conmemorativo de aquel duelo oficial. Después se inició una charla moderada por Roberto Carlos Carballo, periodista de la Radio Galega, que giró en torneo a las preguntas realizadas por un buen número de entrenadores ourensanos.
Cuestiones como la forma en que afronta la gestión de un vestuario de élite, si el sistema es prioritario ante los jugadores o los tipos de apoyo que recibe el entrenador cuando los resultados no acompañan se mezclaron con otros de índole más personal, preguntando por los técnicos de referencia o si saldrían al extranjero, después de varios años consecutivos en las principales categorías de la competición estatal. Incluso les pidieron que valoraran si los entrenadores pueden ser felices al 100 % en el transcurso de una semana en plena temporada.
Rojo Martín fue claro en ese, al reconocerse afortunado de ser entrenador profesional y también de poder colaborar con iniciativas como las de Afiador, máxime junto a un colega como Monzón, al que conoció en Elche, para hacerse inseparables en su trabajo.