El COB encontró la canasta en el tercer acto y apabulló al Melilla (67-81)

El viaje a Melilla representaba el peligro de sorpasso de los norteafricanos ante un Club Ourense Baloncesto que comenzó dubitativo, antes de terminar exhibiendo todo su potencial en el lanzamiento exterior, liderados por un inspirado Samu Rodríguez: 67-81.

El triple de Parker Van Dyke a los quince segundos era toda una declaración de intenciones del quinteto local, si bien el COB era capaz de plantear un intercambio de canastas con Mindaugas Kacinas como principal adalid. Aún así, cuando Hasan Varence se unió a la fiesta el plantel de Rafa Monclova estiró su renta y el parcial del fin de cuarto era ya un preocupante 27-12.

En el segundo acto mejoraron los ourensanos. Apareció el citado Samu con un triple y un mate, pero su equipo seguía anotando con poca fluidez. Mulero se estrenó desde más allá de la línea de tres para igualar la máxima ventaja del anfitrión al poco del descanso, pero Kacinas salvó los muebles y los cobistas se agarraban al partido con un 40-28.

El tercer episodio dibujó la reacción del equipo de Félix Alonso, que movió mejor el esférico en ataque y comenzó a posicionar a sus encestadores. Jawara, en dos ocasiones, y Kacinas firmaron triples para acercar a los visitantes a solo tres puntos: 48-45. El canario Samu pasó la franja de su buen partido para convertirlo en estelar y sus cuatro triples forjaron el grueso de un parcial de 0-19 que terminó siendo de 2-24 para mandar el emparejamiento a su último envite con guarismos de 50-60. Un total de 32 puntos en diez minutos pletóricos de los ourensanos, que transformaron su anterior 21 % en triples en una efectividad en un 63 % que rompió los esquemas de los melillenses. Incapaces de defender esas acciones y golpeados en su ánimo, justo cuando todo les estaba saliendo rodado.

Por si alguien creía que la disputa podía dar otro giro en su desarrollo, Mendikote se unió a la celebración del triple para sellar un parcial de 0-9 que situaba al COB al borde de la veintena de puntos de margen. Fue un jugador bien conocido en el Pazo, como Óscar Alvarado el que se cargó al Melilla a sus espaldas e intentó ver que la contienda no estaba sentenciada, pero en la noche de Samu, el espigado alero se sacó de la manga otros dos misiles y terminó por remachar todos los clavos y empaquetar el triunfo de un Club Ourense Baloncesto que brilló mirando a canasta. Con un más 20 (56-76), los minutos finales ya fueron un paseo plácido para el conjunto que inicia la segunda vuelta con su segunda alegría consecutiva y un balance de 9-9 que tranquiliza su futuro, al menos el inmediato.

---

---

---