Acusa a su abogado de arruinarla: «Acabó con lo mío, con lo de mi hija, y con nuestra salud»
OURENSE
La denunciante, de 89 años, afirmó en la Audiencia Provincial de Ourense que tuvo que malvender un piso para pagar al letrado
30 ene 2024 . Actualizado a las 13:12 h.«Acabó con lo mío, con lo de mi hija, y con nuestra salud». Así de contundente se mostró este lunes en la sala de vistas de la Audiencia Provincial de Ourense una mujer de 89 años que acusa a su abogado de haberla estafado. La anciana, con problemas de oído, fue muy clara a la hora de explicar que perdió todo su patrimonio para poder afrontar los pagos que le exigía el letrado, explicando que primero consumió los ahorros que tenía en su cuenta bancaria y más tarde tuvo que malvender un piso.
«Me da vergüenza decirlo, pero lo vendí por 38.000 euros», aseguró, explicando que todos los problemas comenzaron cuando decidieron contratar al profesional tras haberle reclamado una de sus hijas, con la que las relaciones no eran demasiado buenas, la legítima de su marido.
Fue la hija de esta anciana la que contactó con Luis Ángel R. C. para que les ayudara con el pleito civil. Así lo explicó también durante el juicio que se celebró este lunes en la Audiencia Provincial de Ourense contra el profesional. Era la cuarta vez que se señalaba la vista y a pesar de los intentos del propio investigado por no acudir, aludiendo a motivos de salud que los forenses consideraron inexistentes, la sesión pudo finalmente celebrarse.
«Teníamos muy buena relación; cuando llegó la demanda a mi madre se lo comenté para que nos lo llevara», explicó la perjudicada ante el tribunal. Relató que a lo largo de los meses y años posteriores le fue entregando diversas cantidades de dinero por distintos conceptos. «Yo estaba totalmente confiada, creía que el dinero que yo le daba era para pagar esas cosas», dijo, explicando que pasado el tiempo empezó a desconfiar. «Un día me pidió más dinero para pagar a la procuradora, me lo reclamó por wasap», aseguró. Le pareció sospechoso y consultó con otro abogado. Así empezó el caso.
Afirmó que el letrado la llevó en alguna ocasión al colegio de abogados, para hacer el pago. «Me dijo que metiera el dinero en un sobre, y yo así lo hice». También contó que tras quedarse su madre sin sus ahorros y sin el dinero del piso, ella empezó a pagar de su bolsillo, llegando entre las dos a abonarle más de 100.000 euros. Cuando ella sospechó y le pidió facturas y papeles judiciales, el abogado se escudó en su mala salud. «Me dijo que estaba mal, que iba a ingresar en el hospital y que si se moría ya se harían cargo de mis cosas», explicó.
Pero nada de esto fue admitido por el letrado. Vestido con su toga y sentado en el estrado junto a su defensor, designado por el turno de oficio, el profesional dijo haber hecho su trabajo. «Les cobré las cantidades que habíamos pactado verbalmente», declaró, asegurando que las denunciantes no solo le pidieron sus servicios para la demanda por la legítima, sino también para que gestionara la herencia de la más longeva de las perjudicadas. Aunque solo quiso contestar a las preguntas de su letrado, llegó a decir que son las denunciantes las que le deben dinero a él.
El caso quedó visto para sentencia. Ahora los jueces del alto tribunal tendrán que decidir si lo ocurrido fue un delito y, en caso de serlo, discernir si fue una estafa o una apropiación indebida. La Fiscalía, que hace suya la primera de esas hipótesis, sostiene que el profesional simuló actuaciones procesales, «usando engaño y con el fin de conseguir dinero». Eso sí, limita la responsabilidad civil a 27.919 euros, una cantidad que se queda lejos de los 103.919 que reclama la acusación particular. Esta parte cree que los hechos también podrían encajar en la apropiación indebida —la pena de prisión en ambos casos es de tres años y medio— y ve una «prueba abrumadora» contra el acusado. Entiende además que el Colexio da Avogacía de Ourense tuvo responsabilidad directa, por lo que solicita que sea declarado responsable civil subsidiario. La defensa, por su parte, reclamó la libre absolución, mientras que la letrada de la compañía aseguradora afirmó que lo ocurrido no había sido mala praxis, sino «hechos malintencionados y dolosos» por los que el colegio no debe responder.
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Otro caso, aplazado
Estaba previsto que al término de este juicio se celebrase otro con el mismo acusado. A Luis R. C. se le atribuye haber cometido otra estafa en un asunto diferente, y con otra perjudicada, pero no fue posible celebrar la sesión. El letrado comunicó que había renunciado hace meses a su abogada de oficio, si bien la sala ninguna noticia tenía de este extremo, al no haberlo notificado ni el acusado ni su defensora. Así las cosas, fue necesario acordar la suspensión para que se le nombre al sospechoso un nuevo profesional que lo defienda.