Llega el nuevo año y con él una lista de intenciones y propósitos que se diluyen antes de llegar al final de enero.
En medio del atiborre que suponen las fiestas y después de un copioso cocido rodeado de primos, tíos y otra familia adicional, llegó una nueva jornada para el COB, que en esta ocasión visitó Valladolid, una ciudad de grandes recuerdos personales y que dejó un enorme regalo de Reyes para los ourensanos.
Valladolid supuso la despedida como practicante de baloncesto, que no jugador, del que aquí escribe, en un Campeonato de Universidades que me convirtió en Aanen Moody durante 3 minutos (metí dos triples consecutivos y una canasta de casualidad que obligó al equipo contrario a pedir tiempo) y que me devolvió a la realidad cuando me di cuenta de que cuando Dios repartió el talento para los deportes yo debía estar en el baño (no metí un solo punto más en todo el Campeonato).
En aquel momento, sentado en el banquillo me di cuenta de que los buenos propósitos, por excelentes que sean, no se cumplen. No es el caso del COB, que sigue ilusionando a la afición, al punto de ser tema habitual en las calles de la ciudad.
Otra vez, y ya van varias, el equipo de Moncho López supo entender el encuentro planteado por Valladolid y jugó su baloncesto en un partido en el que hubo un poco de todo. Una patada en los innombrables de Monteiro, el éxtasis de Moody en el primer cuarto y hasta la expulsión por doble técnica del entrenador ourensano, que vio en primera persona como sonaban las castañuelas del pívot angoleño ante la pasividad arbitral.
Algunos (los menos) aún piensan que lo de este COB es como las flores de pascua, esas tan bonitas cuando se compran y que terminan en la basura tras las fiestas. No es el caso. Este equipo crece en cada encuentro e incluso cuando la situación se pone más difícil, salen a relucir los buenos propósitos y hábitos que todos queremos cumplir cuando hacemos repaso mental en Nochevieja. Por eso, ahora que llegan los Reyes Magos, quizá es momento de pedir un deseo y un COB lleno de buenos propósitos y éxitos para 2025, lo merecen.