Los racimos de godello hechos con perlas de Fina Crespo maridan con las prendas pintadas de Carina Rodríguez

María Cobas Vázquez
María Cobas O BARCO

A RÚA

Las dos artistas de Valdeorras mostraron sus creaciones en un desfile en Madrid

12 oct 2023 . Actualizado a las 05:00 h.

Fue una experiencia maravillosa. Entrevistadas por separado, Fina Crespo y Carina Rodríguez utilizan la misma expresión para resumir el desfile que protagonizaron en la Pasarela Española Fashion Week junto a otros 15 creadores nacionales e internacionales el pasado fin de semana.

Todo comenzó como una invitación a Fina por parte de la joyera Laura Márquez, amiga suya desde hace años y organizadora del evento junto a Susan Villa. Le proponía desfilar con sus creaciones de autor, joyas que ella diseña y elabora en su estudio en A Rúa de Valdeorras, y Crespo pensó que las prendas pintadas de Carina eran el complemento perfecto. «Creé una colección titulada La Cosecha, inspirada en el vino de Valdeorras, con referencias a la vendimia y a la uva godello, con racimos hechos de perlas y abalorios; y otras piezas más étnicas, de corte más primitivo, elaboradas con colmillos de jabalí, marfil, cuerda de escalar y plata», relata Fina. Todo bajo el sello común de su lema: «Cada uno recoge lo que siembra». Asegura estar encantada con el resultado y también con la reacción del público. «Son piezas muy llamativas que impactaron a la gente», señala.

Carina —que reconoce que no se lo pensó y dijo sí a la invitación en cuanto Fina la llamó— llevó varias de sus prendas pintadas a mano. Son piezas dominadas por el color que tanto le gusta a la artista valdeorresa. Y a quien ve sus creaciones. Carina cuenta a modo de anécdota que la periodista del corazón Karmele Marchante se acercó a ella para preguntarle si su producción estaba a la venta.

Fina y Carina idearon un desfile rompedor. Sabiendo que el lugar elegido por la pasarela era el sobrio Casino de Madrid, optaron por Depeche Mode para iniciar el desfile, mientras que el público escuchaba a Tanxugueiras cuando ellas salieron a saludar. «Hicimos una propuesta atrevida, con música rompedora y mucho color y lo cierto es que llamó la atención», resume Carina, que asegura estar encantada del resultado final. «Fue genial, porque supuso salir de la zona de confort y desfilar en Madrid; y la respuesta fue muy buena», dice. No solo puso color a la pasarela, sino entre quienes miraban a los modelos. Carina acudió acompañada de varias amigas que lucían algunas de sus prendas. El objetivo era no pasar desapercibidas. Y lo consiguieron. Se traen la experiencia —que incluyó estar con el diseñador Petro Valverde, embajador de la edición número 14 de la pasarela— y los contactos. No descartan repetir.