Todos los años Potota Oro Claro y su marido, Juan Seara Soto, suben la persiana de un antiguo escaparate
03 ene 2018 . Actualizado a las 20:18 h.Todos los años Potota Oro Claro y su marido, Juan Seara Soto, suben la persiana de un antiguo escaparate en una de las calles más comerciales de Allariz y muestran su elaborado y vistoso belén. Comenzó Potota haciendo casitas a partir de cajas de zapatos, a las que su esposo ponía luces. Hoy suman más de treinta. Los primeros muñecos los encontró en un chino y les puso ropas diferentes. Montado en distintas alturas, el belén se mantiene igual de un año a otro salvo en su tema central. Los mensajes de tolerancia cero contra la violencia de género, uno de los problemas sociales que aparece reflejado todos los años en este belén, o la corrupción están en letreros en la fachada de una cárcel. Además hay casas de los que ayudaron a Potota en su vida y a los que agradece: el centro de salud, la farmacia, la iglesia, Adopta Allariz. Pero también el colegio, hoteles o el centro de mayores. Periodistas con sus micrófonos y abogados de oficio defendiendo la justicia gratuita son otros de los personajes de este belén, pensado para que lo disfruten los niños y vean lo que se puede crear reutilizando materiales.
En la capital, Elisa Seijo González lleva décadas preparando y compartiendo con los vecinos un belén hecho con piezas de barro. En el bajo en donde tenía una pescadería se puede ver ahora un gran nacimiento en el que no falta detalle. Este año, como novedad, ha fabricado una pulpeira. Se puede visitar en la calle Bonhome, 25.