Una experiencia sensorial a ciegas y un maridaje de los caldos con otras delicatesen

La Voz

CASTRO CALDELAS

26 dic 2014 . Actualizado a las 04:00 h.

El curso de cata propiamente dicho comienza con la identificación de los cuatro sabores mediante la prueba de cuatro disoluciones de agua con los que la enóloga trata de explicar a los alumnos en que partes de la lengua se detecta lo salado, lo dulce, lo ácido y lo amargo. Para sorpresa de los alumnos, esos son los únicos cuatro sabores que se pueden percibir en las papilas gustativas, y todos los demás sabores son en realidad olores, tal como les explicó la enóloga.

A continuación les ofreció numerosos frascos de olores para identificar a que producto o sustancia corresponde la fragancia. Y aquí comenzaban las dificultades, porque la mayor parte de los olores, aunque le resultaron familiares a todos los participantes en el curso, a la mayor parte de ellos no consiguieron identificarlos y ponerles nombre A continuación la enóloga explicó las técnicas de la cata del vino: desde como se agarra el catador, hasta las fases de la cata: la visual, la olorosa y finalmente la gustativa.

Cuatro vinos a ciegas

En el primero de esos cursos de cata la enóloga Ruth Fernández ofreció a los alumnos cuatro vinos de la denominación no identificados: un blanco, un tinto, otro tinto pasado por barrica algunos meses, y también un vino ecológico. En cada uno de ellos los alumnos fueron comentando las sensaciones de cada caldo, guiados paso a paso por la catadora de Ribeira Sacra.

Al término de la cata el grupo recibió las explicaciones del bodeguero Jorge Feijoo en las propias instalaciones de la bodega, sobre sus métodos de trabajo. Y para terminar la jornada matutina los alumnos participaron en una degustación de productos ecológicos elaborados por el restaurante O Grelo, de Monforte. Entre las viandas había galletas Maruxa, conservas Cabo de Peñas, de la firma Connorsa, galletas Mariñeiras, pan ecológico de Ingapán, mieles de Anta, puré de castañas Alibós, y quesos y yogures de Arqueixal o de Xanceda. La degustación y el maridaje con los vinos también incluyó carnes de la carnicería Carballada, e incluso algas, tanto en forma de salsa de chimichurri elaborada en Portomuiños, como algas de Mar de Ardora.

Tras la degustación, el curso continuó con una visita de tarde a otra bodega de Abeleda, y una visita cultural al castillo de Castro Caldelas para terminar la jornada formativa.