La localidad presume de su muralla del siglo XII e invita a conocer su territorio caminando
07 ene 2024 . Actualizado a las 05:00 h.En pleno macizo central y a los pies de la estación de esquí (cuya cumbre está en su territorio), Manzaneda presume de su pasado medieval al tiempo que saca pecho de su entorno natural. Un lugar que invita a caminar y a disfrutar a paso lento, sin prisas, disfrutando del silencio.
El castiñeiro de Pumbariños
A unos dos kilómetros del casco urbano está el souto de Rozavales, declarado Monumento natural de Galicia en el 2000. Es una impresionante finca con preciosos castaños que cuenta con mesas y bancos de madera, lo que lo convierten en lugar perfecto para hacer una parada en el paseo o incluso para comer de pícnic. Al fondo del souto a la izquierda está su ejemplar más espectacular, el castiñeiro de Pumbariños. Con más de mil años de antigüedad (según destaca el panel informativo colocado a unos metros), tiene casi 14 metros de circunferencia, lo que le confiere el título de ser el castaño de mayor volumen en Galicia. En el pasado era habitual ver a gente haciéndose fotos mientras trataban de abrazarlo, pero la triste costumbre de algunos de subirse encima llevó a que se colocase la valla que lo rodea y que así evita que los visitantes se acerquen demasiado y puedan dañar al viejo árbol.
El pasado medieval
Manzaneda tiene pasado medieval, como evidencia los restos de la muralla del siglo XII que todavía está en pie y a la vista. Algunos tramos desaparecieron y otros están escondidos por las casas que se fueron construyendo adosadas a la vieja estructura. Pero hay espacios para verla en su esplendor, siendo el mejor lugar la Porta da Vila. Es además el lugar perfecto para iniciar un paseo por el casco viejo y disfrutar de las casas de una planta y las calles empedradas. Además, en esa zona está también la cárcel dos Sarmiento, vestigio del paso de los Condes de Ribadavia por la localidad. El edificio ha sufrido varias reformas desde su construcción en el siglo XVI. Desde hace años se utiliza para fines culturales.
Echarse a andar
Si de algo presume Manzaneda es de naturaleza. Y eso lo hace el lugar perfecto para echarse a andar y disfrutar de las diferentes rutas de senderismo. Están la Ruta do Val Glaciar de Prada (que permite disfrutar del valle glaciar y de la aldea abandonada de Prada) y la de los Soutos de Cesuris, ambas con salida desde la iglesia de San Miguel de Bidueira; así como la ruta dos curros, que sale desde la villa o la de Penedo dos Lobos, que tiene como punto de partida la pista junto al telesilla en la estación de esquí de Manzaneda. Permite disfrutar de unas visitas privilegiadas que ya descubrieron los romanos. Entre finales de la década de los 20 o inicios de la 10 antes de Cristo, un ejército formado por entre 800 y 1.000 hombres montó en Penedo dos Lobos el campamento militar romano más antiguo conocido en Galicia.
Iglesias
La iglesia de Nosa Señora das Neves es de origen barroco, del siglo XVIII, aunque sufrió añadidos y modificaciones en el siglo posterior. No es la única curiosa en el territorio municipal. Destacan la de San Miguel de Bidueira, una joya de la arquitectura barroca; y la de Santa María de Cesuris, con una portada románica en una construcción en la que predomina el estilo barroco.
Pasado señorial
En Manzaneda hay varias construcciones que remarcan su carácter señorial, como demuestra el Pazo da Pena (en Rozavales), una casa con origen en el siglo XVI, construida sobre una gran roca que le da nombre y que está integrada en una de las fachadas laterales. Está edificada en torno a dos patios centrales: el del señorito y el de los caseros. Desde hace unos años funciona como alojamiento.