Hosteleros de los vinos de Ourense: «Nos roban desde siempre cervezas y refrescos»

OURENSE CIUDAD

A los distribuidores les quitan bebidas de las cajas que reparten en la calle Lepanto
12 may 2024 . Actualizado a las 09:22 h.El París es uno de los bares emblema de los vinos de Ourense. El local está a punto de cumplir 45 años en la rúa Lepanto de la ciudad. Su actual propietario, Suso Doval, recuerda corretear de niño dentro y fuera de la barra del bar que regentaban sus padres. El ourensano conoce a la perfección el negocio, para lo bueno y para lo malo. De hecho, como el resto de compañeros hosteleros de la rúa Lepanto, lleva décadas sufriendo una peculiar problemática que ha terminado por convertirse casi en rutina para él y los demás propietarios de los bares de la calle. Se trata de robos de bebidas, en pequeñas cantidades, que tienen lugar algunas mañanas, con los negocios cerrados.
Los distribuidores sirven a los locales de la zona de vinos un día a la semana. «Bajan de las fábricas, que suelen estar en los polígonos de la ciudad, con la mercancía, la reparten frente a los locales y vuelven a subir a por más. En ese tiempo de ruta en el que las cajas quedan sin vigilancia, hay personas que aprovechan para coger bebidas», explica Suso. «Lo más habitual hace años era que se llevasen cervezas, de hecho, aquí hasta nos ha llegado a faltar un barril entero, pero ahora es aleatorio. Nos roban refrescos, tónicas, cervezas sin alcohol...», añade el dueño del París. Le pasa lo mismo a David García, propietario de O Pote, que lleva 25 años en la misma calle. «Esto lleva pasando desde siempre», admite y uno de los distribuidores de su bar, Herminio Cid, asegura: «De mi mercancía, ha llegado a faltar una caja entera con seis botellas de vino». «Es que realmente se llevan de todo. Yo aún me acuerdo cuando nos robaron de la puerta un saco de patatas. Llegué, vi que faltaba y solo podía imaginarme a una persona tratando de correr cargándolo al hombro», dice David.
Las desapariciones de botellas se dan especialmente en Lepanto, porque la mayoría de bares de la calle cierran tarde, cerca de las dos de la madrugada. De ahí que los hosteleros no vuelvan a estar de nuevo en su local a primera hora de la mañana para recibir la mercancía. «Los primeros llegamos sobre las diez. Mientras, los distribuidores van repartiendo y una vez que llegamos nos meten las cajas del pedido dentro», afirma Suso. «Es imposible salir de aquí sobre las cuatro de la madrugada, entre que cierras y limpias todo el bar, y estar de vuelta a las cuatro horas», apunta David.
Dice el dueño del París que tanto él como sus compañeros tienen asumidos estos pequeños robos. «Al final, la mayoría de marcas tratan de reponernos lo que nos falta para que no empecemos la jornada con pérdidas», afirma. La calle del casco histórico no tiene actividad comercial, solo hostelera, por lo que apenas hay gente transitando por ella por las mañanas. «Algunos vecinos están pendientes de la mercancía los días de reparto y la conclusión que sacamos es que son varias personas las que cogen bebidas», explica Suso. Han llegado a ver a varios jóvenes trasnochados cogiendo cervezas, a una señora metiéndose Coca-Colas en el bolso y a un ciclista llevarse una gaseosa bajo el brazo.
Ladrón «influencer»
Los hosteleros de la rúa Lepanto han optado por resignarse y tomárselo con humor. «Parece que lo que está en la calle es de todos. Es igual que cuando desaparecen las plantas de las macetas que adornan las zonas peatonales», dice Suso. «A mí es que me parece una desfachatez. Es un sinsentido. Algo que no es tuyo, no es tuyo, así de simple, así que déjalo en donde está. Pero ya que no podemos cambiarlo, vamos a llevarlo con gracia», añade. Y es que el dueño del París está compartiendo en sus redes sociales el robo de cervezas (o lo que sea que toque). Empezó hace dos meses, subiendo una fotografía de la caja de las sin alcohol con cerca de una decena de huecos. «Me hizo gracia que quien fuese se llevase las 0,0, así que publiqué la foto para decirle que se había equivocado, que volviese que se las cambiaba por las normales», bromea Suso. La historia enganchó tanto a sus clientes que ahora tiene que subir una foto semanal. «No me paran de preguntar por el tema y además me han crecido muchísimo los seguidores», afirma. El hostelero ya ha encargado unas camisetas con la frase «Yo robé cervezas en El París».