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Un chino enamorado de la cocina japonesa abre un restaurante de ramen en el centro de Ourense

María Doallo Freire
María Doallo OURENSE

OURENSE CIUDAD

Miguel y Joaquín Chen, encargado y propietario respectivamente del nuevo restaurante de ramen
Miguel y Joaquín Chen, encargado y propietario respectivamente del nuevo restaurante de ramen Santi M. Amil

Joaquín Chen es un apasionado de la cultura de Japón y acaba de montar un asiático en el antiguo Martín Fierro

14 dic 2024 . Actualizado a las 05:00 h.

Joaquín Chen es un chino de lo más occidental. De ahí su nombre, que no es el que pone en su carné, pero sí con el que le gusta que se dirijan a él. Se lo escogió un profesor del colegio de Sevilla en el que estudió cuando llegó a España en el año 2000. «No era capaz de pronunciar mi nombre así que me puso el suyo», cuenta. Estuvo solo un curso en ese centro sevillano pues para el siguiente sus padres decidieron enviarle de nuevo a China para que no perdiese el idioma ni la cultura de su país. Volvió de nuevo cuando tenía 11 años, en esta ocasión a Valencia. «Mi padre regentaba un negocio allí y yo pasé en la ciudad casi dos décadas. Vaya, que sé hacer paellas perfectamente», confiesa. Y es que precisamente la cocina es una de las pasiones de Joaquín.

«Me encanta probar cosas nuevas, reproducir platos y crear mis propias recetas», asegura. Este interés fue lo que lo animó a abrir un restaurante en Valencia. «Cocinar me ayuda a rebajar el estrés», asegura. El local, especializado en auténticas paellas, cerró a los dos años y entonces Joaquín se marchó a Japón a pasar casi seis meses formándose en las técnicas culinarias del país. Fue con su amigo, el que hoy es su socio, Oliver Xiao. «Lo aprendimos todo sobre el ramen tradicional», admite. Y en cuanto regresaron a España se decidieron a montar su propio restaurante de comida asiática. Se llama Micazo y empezó a rodar en Palencia. Son expertos en ramen y están triunfando. En dos años ya han abierto ocho locales, el último acaba de ver la luz en Ourense, concretamente en el bajo donde en su día estuvo el Martín Fierro. «Creo que el secreto está en que nuestra cocina está centralizada. En todas nuestras franquicias encuentras la misma calidad y las mismas recetas», asegura.

«¿Por qué un chino abre un restaurante de comida japonesa? Pues porque como a muchos otros jóvenes me encantan el anime, el manga y la comida de ese país», explica Joaquín. En su local el plato estrella es el ramen. Tienen los más tradicionales, con caldo de miso, y otros que incluyen ingredientes más occidentales, como la trufa negra. Hacen ocho tipos diferentes de este plato japonés y lo sirven en dos tamaños: el cuenco pequeño ronda los diez euros y el grande los trece. También elaboran una amplia variedad de entrantes: yakisobas, panes bao, dim sum y gyozas de distintos rellenos. «Tenemos platos de Japón, de Corea y de China y especialmente apostamos por una cocina equilibrada, con muchas elaboraciones al vapor, en la que prima el sabor de cada ingrediente y su textura natural», dice Joaquín.

Micazo es un rincón 100 % asiático en el centro de Ourense. Imita un clásico izakaya. «Son los bares que frecuentan los japoneses después de trabajar. Son asequibles e informales, lugares a los que van a divertirse y desconectar», concluye Joaquín, que ha confiado en otro chino, Miguel Chen, que vive en Ourense para encargarse del restaurante que acaba de abrir en la ciudad. «Todo nuestro equipo es ourensano, tanto las personas que nos ayudaron con la reforma, en la que estuvimos trabajando seis meses, a los camareros y cocineros del local», termina el empresario chino.