Aunque el verano es la peor estación para hacerse un tatuaje porque el proceso de curación implica un mes alejados de playa y sol, Amparo Rodríguez Vázquez, de Bisual Tattoo, ha tenido una gran lista de clientes que esperaron al calor para tatuarse y mostrarlo en todo su esplendor. Es una pionera del tatuaje profesional en la ciudad ourensana. Muchos de los que se dedican a ello aprendieron con Amparo. Uno de los trabajos más demandados es inscribirse el nombre de la pareja en caligrafía inglesa. Pero puede ocurrir lo que la tatuadora apuntaba: «nun inverno tiven unha chica que veu a escribirse ata tres nomes de mozos e posteriormente borralos». También está muy extendido el dibujo de animales, manga, dragones japoneses, estrellas, flores, hadas o aves fénix. Pero admite encargos, como el de un hombre de 83 años que pidió que se le plasmara en cada brazo la Virgen de Medinaceli y la Virgen del Portal de Ribadavia, con motivo de una ofrenda. Otro caso curioso fue el de un cliente que lo tildaban de raro y se tatuó un bulldog verde por el dicho popular «eres más raro que un perro verde». Desde sesenta euros por sesión, cualquiera interesado se puede hacer un dibujo en la piel. O hasta los 2500 euros que puede costar uno en toda la espalda. «A tatuaxe engancha moito, ves un debuxo que che gusta e xa estás pensando en que parte do corpo plasmalo». Pero no solo tatuajes. En la tienda de Bisual Tattoo no solo ofrecen tatuajes. Los interesados se pueden poner un piercing o innovar con nuevas tendencias como el surface, agujeros en partes del cuerpo poco comunes o el dermal, pequeños adornos que se encrustan en la piel. Es una moda que triunfa entre los más jóvenes. Los chicos optan por los piercings en el pezón y la lengua, y las chicas en el labio y en la nariz.