«Téñolles tanto cariño aos xogadores do Arenteiro que son coma a súa nai adoptiva»
SAN AMARO
Lucía Fernández Silva se aficionó al fútbol escuchando la radio cuando era una niña
10 may 2021 . Actualizado a las 05:00 h.Allá donde juegue el CD Arenteiro, un grito emerge desde la grada para insuflar ánimos al equipo: «¡Vamos Arenteiro!». Un sonido familiar que acompaña a jugadores y cuerpo técnico en cada partido, recordándoles que pase lo que pase, nunca estarán solos. «Escoitaseme ben porque teño moi boa voz», comenta divertida Lucía Fernández Silva (San Amaro, 1953), más conocida como Lucita, auténtica alma máter de la entidad, a la que anima de manera incansable, acompañando a los jugadores en cada desplazamiento, incluso compartiendo autobús, lo que ha establecido unos lazos afectivos muy fuertes entre ella y el vestuario.
«Ós xogadores téñolles tanto cariño que lles digo que son a súa nai adoptiva», explica Lucita, que no puede contener la emoción cuando cada verano algunos abandonan la disciplina verde. «O problema é que cando marchan farto de chorar por eles, porque cólleslle tanto cariño e son tan bos todos que se fan querer. Na Uceira, que é donde entrenaban eu iba ós entrenamientos aínda que xiara», afirma con orgullo, en un ejemplo más del compromiso con su club.
Este verano decidió dar un paso más en este compromiso, formando parte de la nueva directiva que preside Argimiro Marnotes, implicándose todavía más en el día a día del equipo. «Nunca pensei estar na directiva, estoulle enormemente agradecida pola oportunidade», confiesa.
Sin embargo, mucho antes de ello, Lucía ya ayudaba al club vendiendo rifas. «Eu empecei a seguir ao equipo dende fai moitos anos, dende que estaba en rexional. Acompañábaos a todas partes e axudaba vendendo rifas. Naqueles tempos eu ía cos xogadores no autobús e alí xa empezaba a animar», cuenta Lucita.
Esta pasión por el fútbol apareció en su infancia, cuando se retransmitía el fútbol por la radio. «Lembro que a miña afición veume dende moi cativa, daquela as mulleres non xogaban ó fútbol, entón aficioneime cando escoitaba co meu pai os partidos pola radio e eu lle preguntaba quenes eran os mellores, e él dicíame que o Real Madrid, que eles gañaban sempre. Por iso son do Madrid e do Arenteiro», reconoce entre risas.
Si su simpatía por el Real Madrid llegó por la radio, la del Arenteiro estuvo ligada a la defensa de la comarca de O Carballiño, de la que siente mucho orgullo. De hecho, antes de insuflar ánimo al conjunto verde, Lucita acompañaba con asiduidad a otro equipo de la zona, el San Amaro, al que acompañaba junto a su padre por toda la geografía de la provincia. «Cando era nova íanme buscar co autobús do San Amaro para ir a acompañalos ao fútbol. Recordo que un día tivera un accidente no que partira unha perna, e fóronme buscar igualmente coa perna enxesada», rememora Lucía, en otro ejemplo más de fidelidad.
No obstante, en su familia nadie ha recogido el testigo, quedándose como la única. «Nin o meu neto quere saber de fútbol nin nada polo estilo. A miñas fillas gústalle o fútbol, pero non teñen unha afición coma a miña», afirma.
En este periplo con el Arenteiro, ha vivido la evolución del equipo desde los años difíciles en preferente, escalando poco a poco hasta dar el salto esta temporada a la Segunda RFEF, 37 años después, casualmente con ella dentro del organigrama del club. Un momento que se llevará para siempre. «Foi unha alegría enorme, esa noite non dormín sequera da emoción. É unha cousa incríble, eu xa nunca pensei en estar dentro da directiva, pero que unha vez aí, que ós dez meses conseguiramos un ascenso casi corenta anos despois... É unha desas casualidades que non se poden creer, poder vivilo é un privilexio», asegura Lucita, que ya piensa en la siguiente ocasión de animar a los suyos, haciendo comunidad en un club humilde que crece a pasos agigantados gracias al trabajo de personas como ella.
«A pandemia fixo que ir ao fútbol sexa coma unha vía de escape»
Para alguien tan activa como Lucía, el coronavirus significó una prueba de fuego, primero por no poder ver a su Arenteiro, y en segundo lugar por no poder disfrutar del ambiente habitual de Espiñedo.
«O confinamiento leveino máis ou menos ben, pero si que botaba de menos ir ós partidos. Cando puiden ir coma membro da directiva, foi coma unha vía de escape, olvidaste dos problemas. É coma unha terapia», asegura.
En los campos vacíos por el covid, sus gritos mitigaban el ambiente enrarecido de una grada vacía, algo que hacía no solo por ayudar a sus jugadores, sino para representar con dignidad a los aficionados que no podían estar en el campo.
DNI
Quién es. Lucía nació en San Amaro en el año 1953 y desde muy pequeña se enamoró del fútbol. Ella es el alma del CD Arenteiro, al que sigue desde hace más de diez años allá donde va. Este verano se embarcó en la nueva directiva del club, que ha conseguido el ascenso a la Segunda RFEF después de 37 años.
Su rincón. Se queda con el campo de Espiñedo, en O Carballiño. Para Lucita no hay nada parecido al ambiente que se respira en este estadio los días de partido. «Coma o campo de Espiñedo non hai ningún, está sempre cheo e cun apoio incondicional», cuenta. Además, antes de cada partido ayuda en las tareas de limpieza y desinfección del mismo, cuidando de cada detalle al máximo.