
Crónica | Zafarrancho en los jardines Operarios municipales limpiaron ayer el estanque de los patos, aunque los bancos próximos siguen cubiertos de mugre
02 ago 2005 . Actualizado a las 07:00 h.?Coincidencia o eficiencia? Opiniones habrá para todos los gustos pero, al menos y después de esperar lo suyo, los patos de Las Palmeras por fin pudieron ayer combatir el calor de forma decente, esto es, disfrutar de un baño fresquito en agua semitransparente. Sólo un día antes, el concejal responsable de Jardines, el socialista José Antonio García Lores, anunciaba que con el nuevo contrato de mantenimiento de los parques municipales se multiplicará por 2,6 el gasto en este concepto. Y comentaba que la nueva empresa adjudicataria se hará cargo de las zonas verdes del centro y las más alejadas de A Xunqueira, O Bao o a Illa das Esculturas. Pero la noticia contrastaba con una triste realidad, la situación de algunos espacios -ciertamente los más visitados- del jardín más céntrico y emblemático de la ciudad, Las Palmeras, que quedaba retratada precisamente en esta misma página. Por ejemplo, hasta la mañana de ayer, había que tener arrojo para detenerse a observar el estanque de los patos. Sin embargo, por fortuna para la comunidad avícola y para los viandantes, los operarios municipales hicieron ayer parada y fonda en el pequeño lago, que procedieron a vaciar y limpiar a fondo de forma exhaustiva. Del color negro se pasó al verde pistacho. «Mira, mamá, se van a morir las ocas, que no tienen agua», comentaba una pequeña que junto a un grupo de amiguitos observaba un paisaje bien diferente al de los últimos días. Mientras, otro de los niños quitó una gorra a un colega y la arrojó al agua. ¡Suerte que fue ayer y no el lunes! Los otros damnificados del entorno, los bancos situados junto al estanque, todavía no se desprendieron de la mugre que los envuelve. No obstante, los operarios se encontraban por la tarde en esta zona, así que puede que les llegue pronto su hora. Claro que al Concello -o a la nueva adjudicataria- se le va acumulando el trabajo. Basta un recorrido cámara en mano por las zonas de ocio del centro urbano y las no situadas tan en el centro para comprobar que al verde aquí no se le quiere tanto como en las poesías de Lorca. Por ejemplo, la fuente de Campolongo aún conserva entre sus fondos el mismo ave en estado de putrefacción que forma parte de su estanque desde hace algo más de un mes. Por no hablar del abandono en que se encuentra sumido el parque de Monte Porreiro o de la falta de mantenimiento de la Illa das Esculturas, que va camino de tener la misma publicidad que las obras de arte que la integran. Más que un nuevo contrato de limpieza, lo que se necesita es una varita mágica.