
En dos minutos | Carlos del Valle-Inclán Alsina
16 mar 2006 . Actualizado a las 06:00 h.?a estrecha relación que unía a Ramón María del Valle-Inclán y el periodista pontevedrés Torcuato Ulloa (1863-1946) pervive en sus descendientes, que acaban de promover la publicación de la edición facsimilar del libro Arlequinadas, un conjunto de artículos humorísticos de Ulloa. La obra, publicada por Edicións do Castro, será presentada esta tarde en la Galería Sargadelos, entre otros por el nieto del autor arousano, Carlos del Valle-Inclán. -¿Cómo era la relación entre Valle y Ulloa? -Debieron ser muy buenos amigos. Correspondencia apenas queda, sólo una carta en la que Valle le dice que es el único amigo que le queda en Galicia. Pero luego de esa buena relación hay otra prueba indirecta, que es la cantidad de artículos que se le dedican a Valle en el Diario, o la publicación del prólogo de Femeninas, cuando aún era un autor desconocido. Hay que destacar el ojo clínico de Torcuato Ulloa, que en 1895, cuando Valle-Inclán era absolutamente desconocido y el modernismo una corriente despreciada, ya dijo que quedaría entre los ilustres maestros de la literatura. -¿Por qué sin embargo Ulloa cayó en el olvido? -Arlequinadas fue en su momento un libro importante, y por ejemplo la prensa madrileña le dio muy buenas críticas. Hoy quizá han pasado muchos años, pero Ulloa era un gran escritor y lo curioso es la cantidad de cosas que hizo, desde impulsar el cuerpo de bomberos voluntario a traer óperas, teatro, dirigir revistas... Gracias a él existe como tal el Diario de Pontevedra. En 1904 deja la literatura y el periodismo y a partir de ahí no hay nada más. Quizá porque Pontevedra y Galicia no tienen ningún interés en recuperar la historia. Prefieren inventar la que no existe antes que eso. Lo cierto es que Torcuato desapareció como desapareció la historia del periodismo pontevedrés y no hay nadie interesado en recuperarla. -Valle destacaba especialmente su uso de la sátira. -Más que sátira, yo lo veo más ironía. Era un muy buen escritor y los artículos que conocemos pasan de los dos mil, pero nos quedamos cortos, muchos los hizo sin firmar. Desde luego, en el mundo de la literatura humorística, Ulloa podía competir con cualquiera.