Enrique Parra, el gran rotulador de carteles de cine, realiza a sus 84 años su primera exposición de pintura
29 jul 2007 . Actualizado a las 02:00 h.PONTEVEDRA | Insiste en que no es artista, sino aficionado. Pero a sus 84 años sus amigos le han convencido para que saque de casa sus cuadros por vez primera en el local de la asociación San Roque. Y repasando su biografía, una se da cuenta de que el arte, en diversas vertientes, ha estado siempre presente en toda su vida.
«De niño tenía condiciones para el dibujo -dice Enrique Parra, Parrita, protagonista de esta historia-, pero luego muy joven empecé a trabajar de operador de cine y fue cuando comencé a perfeccionarme como rotulador en carteles de cine. Eso sí que era lo mío».
En eso empezó siendo un niño, con 14 años, ayudando a su padre, que también era proyeccionista, en el Ideal Cinema -«tenía que poner una banqueta porque era pequeñito y no llegaba»- . Allí, recuerda, fue cuando vio las primeras películas de Tarzán con Maureen O'Hara o las de Gary Cooper. «Después empezó la Guerra Civil y por las mañanas empecé a trabajar en la consulta de Crescencio González en García Camba y por la tarde seguía de operador en el Principal, porque los de allí se habían ido al frente», sigue. Y de este local pasó luego al Victoria y al Malvar, donde recuerda que estuvo hasta su jubilación.
Es de este cine-teatro del que guarda infinidad de recuerdos. Y esos recuerdos tienen también espacio en esta exposición, con una muestra de varios de los prospectos de actuaciones teatrales, entre las que cabe destacar la de una joven Rocío Jurado acompañando a Manolo Escobar, o la del gran Antonio Molina, además de Marujita Díaz, Bárbara Rey, Viky Lusson, Rafaela Aparicio, Codeso o José Luis Moreno.
Su profesión de cartelista le dio múltiples satisfacciones, «como aquella vez que vi a la secretaria del actor José Iturbi sacar fotos a las letras que yo dibujaba, porque decía que eran preciosas». Pero también algún que otro quebradero de cabeza. Parrita recuerda cómo la madre de Fernando Esteso, la actriz Luisita Esteso, a punto estuvo de no salir a escena cuando vio que su nombre figuraba más pequeño que el de Xan das Bolas en la función. «Me llamaron y tuve que cambiarlo; menos mal que hacía sol y secó deprisa», comenta.
En estas funciones incluso llegó a actuar de extra, como por ejemplo en Don Juan Tenorio, «con unas túnicas blancas con las que casi no podías moverte, no te reconocía nadie». «De comparsa lo pasabas muy bien...», comenta.
La exposición a la que ahora le han obligado sus amigos no sólo espacio para ver paisajes de sus lugares favoritos de Pontevedra, sino también para, como él la llama, su «locura», o sea, su afición a los toros. Varios de sus cuadros muestran lances o la plaza de toros pontevedresa, pero además exhibe otro de sus tesoros, los carteles antiguos de la feria de la Peregrina. El más viejo, de 1892, de cuando se inauguró el coso de madera que tuvo Pontevedra. La estrella era entonces Luis Mazzantini.
Otro, de 1911, advertía a sus lectores que además de la feria, podrían ver en la Junquera al intrépido aviador Garnier realizar «arriesgados y atrayentes» vuelos con su Beriot. Entre las curiosidades encontramos también una corrida goyesca de 1929 y otras en las que participaron Belmonte o Manolete. Parra es abonado y dice que la feria de este año «es de las mejores, porque conjuntar todas esas figuras...». ¡Quién pintara ese cartel!