Cambados mejorará la identificación de las tumbas de la familia Valle-Inclán en Santa Mariña y el cementerio

PONTEVEDRA

18 nov 2007 . Actualizado a las 02:00 h.

El Concello de Cambados prestará especial atención a las tumbas de Josefina Blanco y Joaquín María Valle-Inclán, mujer e hijo del famoso autor vilanovés. Este acuerdo lo tomó la junta de gobierno tras recibir una petición de la asociación Amigos de Valle para que los visitantes puedan identificar claramente en qué lugar están enterrados los familiares del escritor.

Actualmente, la tumba de Joaquín María se ubica al lado del altar mayor de las ruinas de Santa Mariña. En ella, todavía puede leerse su nombre, aunque algo borroso. Su madre, por el contrario, está enterrada a la entrada del cementerio, a la izquierda. Su lápida está cubierta por una piedra en la que apenas se aprecian algunas letras. Encontrar ambas tumbas supone una difícil tarea para los miles de visitantes que todos los años recorren las ruinas de Santa Mariña.

A petición de Amigos de Valle, Cambados acometerá todos los trabajos que sean necesarios para que ambas lápidas puedan ser fácilmente identificadas y visitadas por estudiosos y admiradores de esta distinguida familia que residió en el municipio entre 1912 y 1917.

Según el cronista Víctor Viana, la familia de Valle-Inclán llegó a Cambados en 1912. Fue acogida en Fefiñáns por Lucila Fernández Soler, viuda de Fraga, y también pasaron un verano en la casa de la calle Carreira. En la casona de la calle Real, que hoy luce una placa en honor al escritor vilanovés, la familia tuvo un perro, Caravel, al que Valle dedicaría un poema que fue publicado en prensa. En 1914, nació Joaquín María, el primer hijo varón del autor que, según relata el cronista Caamaño Bournacell, le alegró el agrio carácter al escritor. Pero esta buena noticia pronto daría lugar a una tragedia. El 31 de agosto, el niño sufrió un golpe en la cabeza con la puerta de una caseta de la playa de Fefiñáns. Este traumatismo le causó una meningitis que resultó incurable.

A pesar del sufrimiento que le ocasionó esta pérdida, el matrimonio aún pasó dos años más en Cambados, donde Valle escribió el relato El Embrujado y terminó La Lámpara Maravillosa . Después llegó el viaje al frente de la Primera Guerra Mundial, una larga estancia en A Pobra y el retorno a Madrid, donde Don Ramón y Josefina Blanco rompieron su vínculo en 1932. Tras la muerte del escritor, su viuda regresaría a Cambados, donde vivió sus últimos años.