Teresa Quinteiro Cubela acaba de abrir una peluquería para perros y gatos en la calle Naranjo. La experiencia no es nueva para ella porque ya trabajó como empleada en un negocio ubicado en Fernández Ladreda. Se decidió a arrancar con lo básico -una bañera, una mesa y una jaula- porque «la gente me lo pedía».
-¿Qué servicios ofrecen?
-Lo que más hacemos son servicios de peluquería, bañar al animal, cortarle el pelo y cuidados de mantenimiento, que son necesarios para que la piel respire. Aunque a veces también nos piden un corte de uñas o una limpieza de oídos. Lo que más viene son perros, gatos muy pocos, solo algunos persas o de pelo largo.
-Los animales no tienen por qué salir de aquí con coletas, ¿no?
-Claro que no. Hacemos lo que nos pidan. Hay gente que los trae por pura estética y otros porque no tienen tiempo para bañarlos en su casa.
-¿Qué es lo que peor llevan?
-Los perros, el baño, sin duda. Es como cuando los niños pequeños no quieren ir al colegio. Por eso la bañera es especial, tiene bastante altura para que no salten, evita resbalones y no tiene esquinas para que no se golpeen. Los dueños son más reticentes a los cortes, que dependen de la raza.
-¿Hay varios tipos de corte?
-Se corta a tijera, aunque también con máquina y con una técnica que se llama trimming, que arranca el pelo. Se usa con los terrier y no les duele aunque parezca que sí.