Las personas que no han visto el cáncer de cerca puede que reparen menos en uno de los problemas que padecen quienes sufren esta enfermedad y es la experiencia traumática de la pérdida de cabello con los tratamientos de quimioterapia. Viviana Araújo tenía una amiga que le pidió ayuda cuando se enfrentó a este problema «y después de patearnos toda Galicia y muchos lugares de España no conseguíamos encontrar algo que le hiciera sentir bien». «Está el turbante de toda la vida, que son como los de toalla, o está el pañuelo, pero tiene un problema, que es que resbala y no te sientes seguro -explica esta empresaria, muy conocida en Pontevedra por su tienda de regalos y por haber elaborado durante años en carnaval el loro Ravachol-. Y una visera tampoco tapa las patillas. Luego, en invierno, suelen usar gorros de lluvia, pero no se ajustan tan bien. Por último, estaba la opción de las pelucas, pero dan mucho calor en verano y a veces para ajustarla, se usa un producto que puede producir alergia. Así que después de no encontrar nada, decidí crear esta línea de sombreros y turbantes más juvenil y ponible». Hace ahora tres meses que sacó su primera colección, de verano, y tras publicitarla en Internet (www.estiloaramar.com) ya tiene pedidos de diferentes lugares de España, como Canarias, Madrid o Granada, además por supuesto de Galicia, donde Araújo cree que su firma es la única que trabaja este campo. Su tienda está ubicada en la calle Perfecto Feijoo. Sentirse a gusto. «Quería que la gente se sintiera bien, segura y guapa, porque ya es un problemón que te sientas mal y tengas un montón de cosas... -indica esta empresaria-. Los hicimos forrados, es como si tuvieras dos gorros en uno y no toca ninguna costura con el cuero cabelludo. Creo que están bastante bien estudiados». Parte de la colección fue diseñada por la propia Araújo, aunque algunos turbantes los trae de París. «Están gustando -opina-; ya tenemos clientas que han venido ya varias veces con modelos distintos, señal de que están bien con ellos». «Hay muchísimos casos -añade- y notas una angustia de que buscan y no encuentran... Normalmente no es una cosa que pienses que no hay a la venta o no está estudiada. Sí hay, pero nada para hacerte sentir mejor. La verdad es que estoy muy contenta, porque ves que la gente se queda a gusto luego. Y si le solucionas a alguien un problema, es reconfortante».
Otra ventaja que ofrece su firma es que elabora los gorros y turbantes a medida, «dependiendo del contorno de cabeza, para hacerlos ajustados». «Siempre hay unas tallas estándar, pero lo mejor es ajustárselo -apunta-. Se hacen personalizados, incluso si en un momento dado necesitan algo para una ceremonia siempre se le puede hacer». Otro de los aspectos que cuida la firma es el de dar luminosidad al rostro, «porque cuando se está con quimioterapia la tez está muy blanca y como grisácea». «Además de tener colores como el negro, azul marino o marrón, ofrecemos los rosas, fresas, naranjas, algíun estampado o el azul para vaqueros -destaca-. Los colores luminosos les van mejor, al margen de que ellas ya puedan ir maquilladas». Los precios oscilan entre los 30 y 80 euros, una cantidad que la empresaria espera mantener para la colección de invierno que ya está preparando. «Depende del modelo, tenemos alguno que aunque no lo parece, lleva la tela de cinco gorros de los otros, por los drapeados; entonces dependiendo del material, también va el precio», indicó.
Y en lo que se refiere a los materiales, Viviana Araújo destaca que en verano se usa principalmente algodón 100%, que no da ningún problema, o mezclado con licra, además de belur. «Ahora mismo para verano tenemos varios tipos de algodón, pero si en un momento dado la clienta quiere que se lo hagamos con una tela determinada, también la podemos hacer haciendo juego con un vestido o complemento», apuntó. Para la línea de invierno que ya está preparando, estudia una serie en fieltro nuno y en fieltro 100% lana, hecho a mano. «Luego haremos otros tejidos, no el polar porque es muy sencillo, pero de ese estilo haremos algo -señaló Araújo-. Aunque estos de algodón también se pueden usar en invierno porque van bien, pero siempre hace más frío».