El punk en estado puro regresa con toda la fuerza de antaño. Lo hace desde el corazón del Londres de finales de los años setenta y principios de los ochenta para ilustrar los oídos de sus seguidores buenenses.
Un grupo mítico, los Cockney Rejects, que tan solo se reúnen para ocasiones especiales, llegan para exaltar, una vez más, las raíces de este movimiento. Su estilo aboga por mantener intacta la esencia que hizo grande al punk (llegando a diferenciarse de esa gran corriente para afincarse en el street punk o el reality punk, lo que se podría denominar los puristas).
Uno de sus mayores hitos fue el de acuñar el movimiento Oi!, salido directamente de su tema Oi! Oi! Oi!, que les hizo todavía más conocidos. Su música se ha venido identificando con infinidad de grupos ideológicos. De sus canciones han bebido grupúsculos políticos tan divergentes como los de extrema derecha y los de extrema izquierda, pasando por un amplio abanico de posiciones intermedias y menos radicalizadas. Ellos, los artistas, siguen manteniéndose al margen, subiéndose desde 1989 al escenario cuando a ellos les apetece y recopilando discos cuando entienden que tienen el material suficiente.