Bodas de oro en el Adriático

Chelo Lago consuelo.lago@lavoz.es

PONTEVEDRA

27 dic 2008 . Actualizado a las 02:00 h.

¿Quién no soñó alguna vez con realizar un crucero o casarse a bordo de un barco? Pues el matrimonio formado por Adolfo Castro Pérez y Mercedes Carpintero Araújo, celebraron sus bodas de oro en alta mar, en pleno Adriático, rodeados de toda su numerosa familia, cinco hijos con sus respectivas esposas y sus ocho nietos. El veterano matrimonio es natural de Cortegada, en la provincia de Ourense, pero llevan viviendo muchos años en Pontevedra, en cuyo Ayuntamiento Adolfo Castro desempeñó el cargo de secretario durante unos quince años, hasta su reciente jubilación, si bien antes estuvo en el Concello de Ponte Caldelas desempeñando el mismo cargo.

A Adolfo Castro Pérez y a su esposa, Mercedes Carpintero Araújo, les apetecía celebrar sus 50 años de casados, cumplidos el 30 de octubre pasado, en un crucero, en compañía de toda su familia. Y hablaron con sus hijos para invitarlos, siempre y cuando estuviesen todos y ninguno les fallara en ese día tan especial. Y así fue como surgió un viaje inolvidable de siete días por el Adriático, con salida y llegada desde la ciudad italiana de Venecia. Junto al matrimonio estuvieron sus cinco hijos, Adolfo, José Luis, Juan José, Manuel y Miguel Ángel, acompañados de sus esposas, Rosina Carpintero, Antonia Capelo, Mónica, Elena Señoráns, y María. Y como no podía ser menos, también acudieron los ocho nietos, desde el mayor, que tiene 23 años y que para seguir la tradición se llama también Adolfo, hasta la benjamina, Olivia, de 2 años, con permiso de su hermano, que viajó en la barriga de su madre, embarazada.

Se da la circunstancia de que desde el año 1.600, los primogénitos de la familia Castro compartieron el nombre, Adolfo, y también el trabajo, pues todos fueron secretarios de distintos ayuntamientos. Además, en muchos casos también hay coincidencia de los dos apellidos que llevan. Así, el padre del que fue secretario del Concello de Pontevedra se llamaba Adolfo Castro Carpintero, como su nieto, que ejerce su profesión de secretario en el Concello de Mondariz Balneario. Además, el bisnieto e hijo de este último, que parece que va a romper la tradición de la profesión también lleva el mismo nombre y apellidos.

Pero volviendo a la celebración que nos ocupa en este espacio, el pasado día 30 de octubre, fecha del 50 aniversario del matrimonio y jornada en la que se había programado una excursión a Estambul, los hijos prepararon a bordo del barco y a espaldas de los homenajeados, una ceremonia de aniversario con todos los requisitos, al regreso de la visita a ciudad turca y sus populares mercados. Para ello, hablaron con el el capellán, un sacerdote mexicano, lo que facilitó la comunicación durante la boda. Engañaron al veterano matrimonio quedando con ellos para dar una vuelta, y cuando llegaron, los llevaron a la ceremonia.

Los hijos y nueras les compraron unas nuevas alianzas para renovar sus votos y los nietos más pequeños portaron las arras, mientras los mayores ejercieron de testigos, entre la emoción más o menos contenida -más bien menos que más, sin duda-, de los contrayentes y familiares, que no pudieron reprimir las lágrimas, en especial Adolfo Castro padre. Luego la celebración siguió con una suculenta cena, en la que no faltaron los brindis por los veteranos contrayentes y su familia, en uno de los más lujosos salones del barco, con terraza para vislumbrar las impresionantes vistas. Sin duda, una celebración para no olvidar nunca. Y si no, que se lo pregunten a los nietos menores de los Castro Carpintero, que no querían volver a su vida normal.