El debate económico marca el paso en el mandato municipal

PONTEVEDRA

Asuntos que hasta ahora eran trámites se tornan en duras pruebas para el gobierno

20 sep 2009 . Actualizado a las 02:00 h.

Cuando todavía no era presidente del Gobierno, a Zapatero se le atragantaban los asuntos económicos -lo mismo que le pasa ahora, con la que está cayendo, pensará más de uno-. En 2003, su entonces colaborador Jordi Sevilla -más tarde ministro de Administraciones Públicas en el primer Gobierno ZP y recientemente el primero en abandonar el barco socialista en el Congreso- le decía a su jefe de filas aquella frase que ha pasado ya a la posteridad: «Lo que tú necesitas saber para esto [de economía] son dos tardes».

Visto lo visto, en la corporación municipal de Pontevedra más de uno tiene que aplicarse y dedicar esas «dos tardes» a ponerse al día en liquidaciones, presupuestos, cuentas, balances, estabilidad, fiscalidad, amortizaciones, planes plurianuales, costes, haberes, deberes... Y es que los asuntos económicos están marcando el paso en el mandato municipal, y están llamados a ser protagonistas en lo que resta.

Ya se dijo en esta misma sección [30 de agosto] que una de las prioridades del bipartito para este curso político es aprobar el presupuesto municipal para el 2010 antes de que que acabe este año. También se ha dicho que en las últimas semanas el PP ha centrado su crítica política en la incapacidad de los socios de gobierno para aprobar un presupuesto, y que desde el principio del mandato, la fiscalización hasta el límite de la gestión económica municipal ha venido siendo uno de los caballos de batalla de la oposición.

Hay que decir que asuntos que hasta hace muy poco eran prácticamente meros trámites -y así se refleja en las hemerotecas y en las actas plenarias-, como la aprobación de la liquidación presupuestaria o la cuenta general del Concello, se han convertido en el actual mandato en duros tragos que ha de pasar el concejal de Facenda, Raimundo González Carballo, que ve como su gestión es puesta en duda en cada pleno, en cada comparecencia pública de los concejales del Partido Popular.

Y tampoco se puede olvidar que, precisamente, González Carballo tuvo que soportar la humillación pública de ver como se convertía en el primer concejal pontevedrés cuya gestión fue reprobada por la oposición en un pleno. Aunque luego saliera «reforzado» del mismo.

Los enfrentamientos dialécticos en los plenos entre González Carballo y la concejala responsable de asuntos económico del PP, Lupe Murillo, están siendo de los más tensos que se viven en la corporación en el actual mandato. Casi al mismo nivel que la inquina que se profesan de forma pública y manifiesta Teresa Casal y Telmo Martín. Con la diferencia de que, una vez que acaban los debates, González Carballo y Murillo no solo se soportan y guardan las formas, sino que se llevan bastante bien. Algo que, desde luego, no ocurre entre Casal y Martín.

Pleno tras pleno, se comprueba que gobierno y oposición ven dos realidades diferentes e interpretan las cuentas, los informes, de forma distinta. Y este continuo toma y daca no hace sino generar desconfianza.

O igual va a ser que quienes necesitamos esas «dos tardes» para entenderlo somos nosotros, los ciudadanos.